Alberto López Morales
Elaboración del Biguie' |
JUCHITÁN, Oax.- Biguie’
es el nombre del calendario religioso de los Binigula’za (hombres nubes) y
fieles a su tradición, en esta fecha del 30 de octubre, las familias juchitecas
recibieron a sus muertos con ofrendas colocadas frente a la mesa del santo o
Mexa’ Bido’.
“Los zapotecas se
resisten a aceptar la imposición que hizo la iglesia católica para honrar a los
muertos con las celebraciones de Todos Santos y los Fieles Difuntos y mantienen
vivo el Biguie’”, dijo Tomás Chiñas Santiago, mientras construía un retablo de
platanares en el centro de su casa.
El ambiente del
Biguie’ y del Xandu’, la zapotequización de Todos Santos, comenzó a sentirse en
esta ciudad del sur de Oaxaca, desde el 22 de octubre, cuando comenzaron los
rezos para preparar el regreso de quienes murieron más de tres meses antes de
este 30 de octubre.
Entre Biguie' y Altares no faltan el pan, las flores y las frutas |
Durante este día,
mujeres zapotecas llegan a la casa de la familia Santiago Chiñas y llevan
veladoras, flores de cempasúchil y una aportación económica, por lo general de
50 pesos, que entregan a los deudos de don Rafael Chiñas, quien falleció en
marzo de este año.
En algunos
hogares, hay Biguie’, que consiste en un retablo rústico alzado sobre cuatro
tallos de platanares, de donde cuelgan, panes con el nombre del fallecido,
frutas como naranjas, mandarinas, manzanas y plátanos. Abajo, hay veladoras,
velas, cervezas, mezcal, tamales y dulces.
En otras casas,
como la de la señora María Cira Jiménez, se confeccionan altares adornadas con
papel china color morado en donde se coloca la imagen del fallecido, además de
frutas, flores, panes, veladoras, tamales de mole negro con pollo.
“Las ofrendas son
para que los difuntos disfruten su estancia a su regreso al mundo terrenal.
Después, el dos de noviembre, esos panes, frutas como la caña que en forma de
arco se coloca en la puerta principal de la vivienda, se comparte con las
mujeres que asistieron a los rezos”.
El centro de la
ciudad y sus calles cercanas ofrecen un escenario festivo. Las mujeres
zapotecas de pueblos vecinos, como San Blas Atempa y Unión Hidalgo, venden
ramos de cempasúchil, de la flor morada llamada cresta de gallo, caña, cocos y
tallos gruesos de platanares.
Las mujeres
zapotecas de esta ciudad completan la escenografía con la venta de panes de
muerto, calaveras de azúcar, naranjas, mandarinas, limas. El ambiente se cubre
con el olor del incienso que el suave viento dispersa hacia el sur.
Durante la noche
de este 30 de octubre, en las casas de las familias que viven al sur de la
ciudad, la familia recibe la visita de sus vecinos y juntos esperan la llegada
del fallecido. Comen los tamales de mole negro, toman café o mezcal.
Biguie', una tradición milenaria de zapotecas |
Para este jueves
31, el rito del Biguie’ se repite en los hogares que se ubican en la parte
norte de la ciudad. Incansables, las mujeres zapotecas recorren las calles.
Dejan que el viento juegue con sus enaguas porque tienen las manos ocupadas con
flores y veladoras.
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