Alberto López Morales
JUCHITÁN, Oax.- La
vida de Mireya Bartolo Marín y de sus pequeñas hijas cambió duramente luego que
marinos de la Armada de México detuvieron el sábado 19 a su esposo Aquiles
Valdivieso Rivero, en el embarcadero de San Dionisio del Mar, acusado de
transportar huevos de tortuga.
Ahora viaja en
lancha de su pueblo Santa María del Mar a San Dionisio del Mar. En una
camioneta llega a Juchitán, de ahí al Juzgado federal de Salina Cruz y luego al
penal de Matías Romero, en una ruta de casi 200 kilómetros con la esperanza de
ver a su marido en libertad.
“Mi esposo fue
detenido injustamente”, dice y explica que Aquiles Valdivieso fue nombrado por
el pueblo como lanchero “para sacar a la gente al embarcadero de San Dionisio
del Mar” porque desde hace cuatro años el pueblo vecino de San Mateo del Mar
les cerró el único acceso terrestre.
La angustia que ahoga
a la señora Mireya Bartolo, también la viven sus paisanas ikoots de Santa María
del Mar, Anastasia López Martínez, Adela González Martínez y María Rivera. Sus
respectivos esposos, lancheros comunitarios, también fueron detenidos la mañana
del sábado 19 de este mes.
Ese sábado habían
llegado al embarcadero de San Dionisio del Mar, donde ya estaban los marinos. “La
gente bajó de las dos lanchas, pero no se sabe quién o quiénes dejaron unas
cubetas” que contenían en total seis mil huevos de tortugas.
Como lanchero
comunitario, “mi papá no tiene orden de revisar qué lleva cada pasajero. La
gente saca camarones y pescados en las cubetas. Eso dicen y ahora, mire, mi
papá está en la cárcel de Matías Romero”, susurra Agustina Martínez, hija de
José Martínez Juan.
Las esposas de
los lancheros detenidos, José Martínez, Germán Reyes, Nemesio Pérez, y Aquiles
Valdivieso, viven la zozobra desde el sábado 19 de octubre. Ellas son mujeres
que se dedican al hogar, tiene hijos pequeños y carecen de ingresos.
El agente
municipal de Santa María del Mar, donde viven indígenas ikoots o huaves, pero
que pertenece a esta ciudad zapoteca, Eustacio Reyes Martínez, cuenta que por
ahora, la comunidad ayuda a las cuatro mujeres con 100 pesos diarios,
equivalente al sueldo de los lancheros.
Los lancheros no
llevaban los huevos de tortuga. Están presos por culpa de otras personas que al
ver a los marinos en el embarcadero de San Dionisio del Mar, bajaron pero
dejaron las cubetas donde llevan los huevos, explica Tacho Reyes Martínez.
Santa María del Mar, un largo pedazo de tierra
ubicado en el Istmo de Tehuantepec, es bañado al norte por aguas de la Laguna
Superior, donde los pescadores obtienen conchas, camarones, peces y jaibas, y al sur por el Océano Pacífico, donde arriban
las tortugas golfinas.
La gente de Santa
María del Mar, dice Eustacio Reyes, tiene mucha necesidad porque desde hace
cuatro años quedó incomunicada porque San Mateo del Mar cerró el único acceso
terrestre que les comunicaba con el puerto de Salina Cruz.
Cuando había paso, la gente vendía a 55 pesos
el kilo de camarón en el puerto, ahora como no hay paso, la gente viene en
lancha y compra el kilo a 20 pesos, pero el tomate, los huevos de gallina y la
carne, aquí cuesta el doble.
Eustacio Reyes
Martínez, dice que la vida en Santa María del Mar es de pobreza “porque no hay
trabajo, el bloqueo al camino cumplió cuatro años en este mes de octubre y
luego las lluvias dejadas por Bárbara, Ingrid y Manuel “golpearon la actividad
pesquera”.
Mientras tanto,
en el parque “Benito Juárez”, las esposas, hijas, hijos, sobrinas de los
lancheros detenidos, tratan de descansar, pero la angustia les oprime el pecho,
no acceden a tomarse fotos y algunas se resisten a la entrevista. Lo que
queremos es que liberen a nuestros esposos, reclaman.
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