JUCHITÁN INFORMA
Alberto López Morales
En su discurso con motivo de la celebración del Día de la Bandera, el gobernador aliancista Gabino Cué Monteagudo reconoció lo que el miércoles apuntamos en este espacio bajo el título de “Avanza el gatopardismo en Oaxaca”, en el sentido que la transición democrática enfrenta serios obstáculos.
“Si cada quien se refugia en el rincón de sus intereses y egoísmos, y no mira por el interés superior de Oaxaca y el engrandecimiento de la Nación, las cosas no cambiarán”, dijo y agregó que tras 80 años de autoritarismo y gobierno vertical, “los oaxaqueños alcanzamos la alternancia política. Y hoy debemos hacerlo en torno a la transición democrática.”
Gabino Cué puso ayer el dedo en la herida que amaga con infectar su gobierno. Admitió de hecho, de que sus aliados, como los priístas, están atrincherados en sus intereses y egoísmos, por encima del interés de las mayorías. Y así, sencillamente, las cosas no cambiarán a pesar de las buenas voluntades y lanzó el puntillazo al exigir que nadie conciba la transición democrática como un simple recurso de la retórica y de la demagogia.
El mensaje del gobernador aliancista se registró justo a los 86 días de su gobierno y tuvo destinatarios plenamente definidos. Los líderes del PAN, PRD, PT, Convergencia, de los maestros, las organizaciones sociales y políticas, las autoridades, los universitarios, los medios de comunicación, los legisladores e intelectuales tienen ahora la obligación de profundizar sobre la reflexión y preocupación que mostró ayer el gobernador Cué, al advertir con claridad que el atrincheramiento de intereses impedirá la transición democrática.
La clase política de Oaxaca de plano perdió de vista que tras la alternancia está la posibilidad de la transición democrática y anda súper ocupada con disputas violentas por ¡posiciones políticas en los gobiernos municipales! Los aliados de Gabino Cué, andan de las greñas por ¡posiciones en el gabinete!, mientras que los priístas, adoloridos por la orfandad de la derrota, también se están dando hasta con la cubeta para ver quién se queda con los recursos y cargos del tricolor.
Gabino Cué ya hizo el primer diagnóstico. La alternancia llegó, pero la transición no camina. ¿Qué hace falta? Él lo dijo y pidió a sus aliados y a todos los actores políticos, algo que en apariencia es simple: que vean por encima de sus intereses.
¿Qué respuesta merece una preocupación tan grande como la que mostró ayer Cué Monteagudo? Un pacto político, social y económico por Oaxaca. Un pacto suscrito por todos o por la mayoría de los protagonistas de la vida pública de Oaxaca. ¿Es deseable?, claro que sí. ¿Posible? También.
¿Cómo llegar a ese pacto que tenga como objetivo empujar hacia la transición democrática de la entidad, elevar la calidad de vida de los oaxaqueños, fortalecer las instituciones públicas y propiciar el desarrollo del sector privado en un marco de respeto? ¿Cómo?
Como suelen hacerlos los hombres y mujeres que toman las decisiones más importantes de sus vidas respectivas: con madurez, con visión hacia el futuro, con el ánimo de guardar el machete y desterrar la revancha, con el firme deseo de cambiar la página, con inteligencia y sabiduría, con sentido común, con ganas de abandonar la trinchera del egoísmo, con ganas de dejar el pasado como un punto de quiebre hacia el futuro, como ha ocurrido en las transiciones de otras partes del mundo. Si Oaxaca fue laboratorio de las alianzas antipriístas, que ahora sea ejemplo de gobernabilidad y transición democrática.
De lo contrario, seguirá sucediendo lo que les comenté aquí en este mismo espacio el pasado miércoles: el gatopardismo se adueñará del gobierno de la alternancia. De lo contrario, lo dijo Cué ayer en su discurso, “las cosas no cambiarán”.
¿Quién de todos los actores y sectores de Oaxaca alza la voz y empuja a la discusión colectiva que propicie por lo menos un leve acercamiento a un pacto social por Oaxaca? Una oportunidad se acerca al conmemorar los primeros 100 días del gobierno de la alternancia. ¿Están preparados los protagonistas de la vida pública de Oaxaca para encarar un reto de esa dimensión? Ya veremos si solo buscaron el poder por el poder.
DE REFILÓN: La Ley de Migración avanzó ayer en el Senado ante la presencia del párroco Alejandro Solalinde, quien con otras voces peleó y ganó que esa ley no criminalice a los centroamericanos, como originalmente se había propuesto.
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