lunes, 28 de febrero de 2011

Los retos de La Ventosa

JUCHITÁN INFORMA
Alberto López Morales
     Con unos siete mil habitantes, la comunidad de La Ventosa, agencia municipal de Juchitán, había explorado, fracaso tras fracaso, diversos esquemas de sobrevivencia hasta que llegaron las inversiones extranjeras para aprovechar el potencial eólico que comenzaron a cambiar la vida de las familias zapotecas.
     Inicialmente en La Ventosa, fundada curiosamente por un español según cuenta la historia oral de esa localidad, se aplicó un programa denominado de Producción Rural para el aprovechamiento del ganado bovino de doble propósito: carne y leche. Dicho programa fracasó.
     Después se exploró el cultivo de arroz que también fracasó y terminó por salinizar unas cinco mil hectáreas de tierras. Llegó después el cultivo de caña de azúcar que resultó un fracaso. La planta arrocera “Benito Juárez”, de Juchitán y el ingenio “José López Portillo”, de El Espinal, cerraron sus puertas y mandaron al desempleo a cientos de obreros y productores.
     El viento, que paradójicamente genera molestias a la población y que en la temporada de fin de año y hasta marzo obliga al cierre del paso de vehículos pesados, como los tráileres que son volcados, vino a convertirse en el detonador de la economía de La Ventosa.
     Allá por el inicio de los años 90, la población escuchaba con escepticismo la posibilidad del aprovechamiento de la fuerza de los vientos para generar electricidad, hasta que se instaló y operó el primer parque eólico.
     El presidente Felipe Calderón inauguró el 22 de enero de 2009 el primer parque eólico, construido y operado bajo el esquema de autoabastecimiento, en La Ventosa. Dicho parque fue resultado de la asociación de capitales de Iberdrola y grupos industriales de México como Bimbo, la papelera Kimberly, la cadena de tiendas Soriana y la cervecera Cuauhtémoc/Moctezuma.
     En julio de 2010 tuve la oportunidad de recoger las impresiones de Marcelino López, uno de los ejidatarios que rentan sus tierras a la empresa Iberdrola. Parte de nuestra conversación la destaco aquí:
     ¿Cómo llegaron los empresarios a La Ventosa?
     Desde hace más de 25 años había estudios de la fuerza de los vientos, ya se hablaba que se podría producir electricidad. Después, allá por el año 2000, cuando era el presidente de los ejidatarios de La Ventosa, llegaron los empresarios y nos explicaron el proyecto y 84 ejidatarios decidimos rentarles un polígono de mil 50 hectáreas.
¿Tuvieron miedo del proyecto?
     ¡Claro!, como todo proyecto nuevo, pues sí tuvimos desconfianzas y recelos, y más porque los empresarios eran extranjeros, venían de España, con el nombre de Iberdrola y había rumores de que ellos y el gobierno nos quitarían la tierra.
     ¿A 10 años del proyecto, cómo ven ahora el primer parque eólico privado que se instaló en México?
     Ahora lo vemos como una realidad, ya no como proyecto. Mira, aquí alrededor de nosotros están los aerogeneradores que parecen unos ventiladores gigantes, producen energía limpia y la empresa nos paga por la renta de las tierras que, como se puede ver, la estamos trabajando con la siembra del sorgo y la cría de ganado.
     ¿Qué piensas sobre aquellos que ponen en duda al proyecto y que hablan sobre el despojo de tierras?
      Eso es falso. Ni es despojo, porque sigo sembrando el sorgo y criando mi ganado, y tampoco es cierto que los aerogeneradores contaminen el ambiente. Al contrario, producen la energía limpia y los beneficios que no son únicamente para los dueños de las tierras, también hay beneficios para la comunidad.”
     Sin embargo, en la comunidad de La Ventosa persiste el rezago social. Todavía hay sectores que carecen de energía eléctrica, agua potable y drenaje. En La Ventosa no hay bibliotecas, tampoco casa de cultura y menos espacios recreativos para la familia y los jóvenes deportistas.
     El primer parque eólico cambió la vida de los habitantes de La Ventosa. Los campesinos, ejidatarios o pequeños propietarios que rentan sus tierras a Iberdrola y Eléctrica de Francia ganan en promedio siete mil pesos por hectárea al año, pero hace falta que ese desarrollo impacte en el Índice de Desarrollo Humano.
     Y ese es el reto de las nuevas autoridades que ayer, se supone, fueron electas. Hasta el cierre de la edición, dos personajes, Saúl Cruz Escobar y Hageo Montero, libraban una batalla para ganar el mayor número de los votos de la comunidad de La Ventosa.
     DE REFILÓN: Primero fueron los priístas de San Miguel Chimalapa los que pusieron a prueba la paciencia del gobierno aliancista de Gabino Cué, con largo bloqueo de carretera, después fueron los priístas de Santiago Astata. ¿De qué se trata?

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