JUCHITÁN INFORMA
Alberto López Morales
Durante su campaña electoral, el actual gobernador aliancista Gabino Cué Monteagudo y sus cercanos colaboradores machacaron una y otra vez que con ellos en el gobierno de Oaxaca las manifestaciones callejeras de protesta llegarían a su fin.
Ya se sabe que en los periodos electorales todas las fuerzas políticas prometen todo con tal de ganarse el voto de los ciudadanos, pero no saben que las promesas incumplidas generan desencanto, hasta que lo viven, como lo vivió Vicente Fox.
Gabino Cué, atareado en el ejercicio de la administración pública, se ha visto agobiado por las manifestaciones que ha tenido que dar la cara personalmente para tratar de disuadir a los inconformes que han colmado las calles de la capital y el zócalo.
Lo hizo con los maestros, con los defraudados por las cajas de ahorro, con los ex braceros, con… todos que le han permitió lucirse en la fotografía y colocarse como personaje central de los intentos crónica de la oficina de prensa.
Sin embargo, nada de eso le ha ayudado al gobernador aliancista a desterrar las manifestaciones callejeras que siguen en aumento y que previsiblemente en mayo entre a una etapa crítica con las protestas magisteriales y de las reminiscencias de lo que fue la APPO.
Con todo y el gobierno oaxaqueño surgido de una amplia coalición de fuerzas, Oaxaca sigue siendo el escenario natural de las protestas que forman parte de la cultura de las organizaciones sociales y políticas.
Quizá en campaña Gabino Cué y su equipo de panegiristas trataron de engañar a los oaxaqueños a cambio de votos, tal vez se engañaron por sí mismos. Lo cierto es que la realidad ha terminado por rebasar al gobierno aliancista. Las protestas siguen.
Ayer miércoles, protestaron los triquis del ayuntamiento autónomo de San Juan Copala. Lo hicieron en la capital y en Oaxaca para exigir que más de 20 crímenes políticos, entre ellos del Bety Cariño y Jury Jakkola, no queden impunes.
No hace muchos días protestaron los ex braceros, como lo hicieron los integrantes de la Organización de Pueblos Indígenas Zapotecos (OPIZ), o como lo hicieron los simpatizantes del Comité para la Defensa de los Derechos del Pueblos (CODEP).
Los bloqueos de carreteras también han estado al mayoreo. E pleno periodo vacacional hubo cierres de carreteras en los Valles Centrales, en la mixteca y en el istmo por conflictos poselectorales o de orden político/municipal.
Ante esa oleada de protestas que ahuyentan al turismo y dañan la economía del comercio de la capital oaxaqueña, los poderosos hombres de las cámaras empresariales han terminado por exigirle al gobierno de Cué, que ponga orden y restablezca la estabilidad.
Sin embargo, ni Gabino Cué ni nadie tiene la solución en sus manos para resolver ancestrales problemas sociales y políticos. Oaxaca es un estado donde la pobreza y la marginación van de la mano con reclamos legítimos, con chantajes y actos de presión que terminan por dañar todo.
Las fuerzas políticas que llevaron a Cué al gobierno, como el PAN y el PRD, tienen sus propias dinámicas y ninguna de ellas tiene el mínimo propósito de liberar a Oaxaca de las manifestaciones callejeras. Por el contrario, todas apuestan al ejercicio de la presión y el chantaje.
No es gratuito, por ejemplo, que en Sola de Vega, de la sierra sur, el PRD esté pidiendo la destitución del alcalde panista, Juan Silva Barragán, a quien acusan de estar involucrado en el asesinato del líder campesino, Filemón Velasco, de San Juan Elotepec.
Curiosamente, Silva Barragán ganó la presidencia de Sola de Vega con el apoyo de los perredistas, quienes hoy truenan contra su viejo aliado panista, todo porque además del asesinato del líder campesino, el edil se niega a darle recursos a varias agencias gobernadas por el PRD.
DE REFILÓN: A Propósito de protestas, se espera que este jueves los transportistas de la línea de pasajeros “Los Istmeños”, rompan la tregua pactada con los taxistas de Salina Cruz y traten de regresar a su anterior terminal de Barrio Nuevo. Habrá que esperar la respuesta del líder de los taxistas, Javier Córdova, quien ya le tomó la medida al alcalde panista Gerardo García Henestroza.
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