JUCHITÁN INFORMA
Alberto López Morales
(Primera escena)
Coloquialmente Oaxaca, se dice, no está para bollos.
Hay problemas en decenas de municipios que se rigen por el sistema de Usos y Costumbres. Saltan conflictos por temas agrarios, no faltan los orden popular y social. Sobran aquellos donde las diferencias religiosas se imponen. No se diga donde hay pendientes acumulados por años.
Eso sin tomar en cuenta que los maestros de la poderosa sección 22 del SNTE, que aglutina a 70 mil agremiados, está inconforme con la desaparición de su compañero Carlos René Román Salazar y el asesinato del profesor Luis Quiroz, en la costa.
Tampoco tome en cuenta el hecho de que el sector transporte vive en la anarquía donde un día sí, se destruyen unidades vehiculares, y el otro también. Y justo en ese día, el PRI se dice padre de las reformas y al siguiente se victimiza como avasallado.
De diciembre al mes de abril han transcurrido cinco meses donde la administración estatal de Gabino Cué camina de tumbo en tumbo y no porque el camino esté sembrado de baches, sino porque sus integrantes se han encargado de entorpecerlo.
En esa ruta, la responsable de la política interna del nuevo gobierno aliancista perdió la esperada interlocución con los maestros de la sección 22 del SNTE, perdió la confianza de sus ex aliados de la sección 59 del magisterio de Oaxaca y solamente está apuntalada con alfileres por los compromisos que el gobernador Cué hizo con la poderosa Elba Esther Gordillo.
(Segunda escena)
Desde esa perspectiva, Oaxaca está que arde.
A pesar de ese contexto tan ardiente y conflictivo que hace necesaria la intervención oportuna, eficaz, sensible e inteligente de la responsable de la política interna de Oaxaca, la señora que compitió por el Partido Nueva Alianza por la gubernatura, parece que no le importa nada.
Procedente de San Pedro Tapanatepec, donde los chimalapas mostraron coraje e indignación, que la señora secretaria de gobierno no vio porque abandonó la reunión antes que se adoptaran acuerdos, se fue felizmente a un comedero típico de Juchitán a degustar de música y comida.
Irma Piñeyro comió con gracia un salpicón de escamas, le dicen tollo, y después con todo y dedos saboreó el aderezo del mediano pescado liza y consumió refrescos al ritmo de Mister Froy, que a petición expresa cantó “Puño de Tierra”, de Antonio Aguilar y “Nuestro Juramento”, de Julio Jaramillo.
En la comida no faltaron los malpensados que expresaron públicamente esos malos pensamientos a manera de pregunta. Puño de tierra ¿fue para algún desaparecido? Nuestro Juramento ¿fue para Gabino Cué?
(Tercera escena)
Frente a un escenario de incendio en Oaxaca y ante la incapacidad de su secretaria general de gobierno para apagar los fuegos, el gobernador Gabino Cué Monteagudo se desgasta ante los medios, los empresarios, los alcaldes, el gobierno federal, los maestros, y ante todos.
¿Quién le saca la chamba al gobernador?
Duele y lastima decirlo pero nadie la saca la chamba a Gabino.
Ni siquiera su equipo de prensa que al medio día envía un comunicado y en la noche corrige.
Gabino Cué, solo y su alma cabalgan victoriosos sobre un discurso que sirvió en la campaña, pero que en el presente de realidades nada tiene qué hacer.
DE REFILÓN: Él se llama Gerardo Henestroza (pidió que con z el apellido), es alcalde de Salina Cruz. Se dice sobrino de don Andrés, el escritor ixhauteco. Está convencido que en el conflicto del transporte con “Los Istmeños”, defenderá al puerto de los tecos. El problema del transporte es de mafias, no de regionalismos. En todo caso, ¿pudiera ser presidente del puerto, en el supuesto caso que le valiera el apellido que viene de Ixhuatán?
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