JUCHITÁN INFORMA
Reapareció el fantasma
Alberto López Morales
En el otoño de
2005, un grupo de ex dirigentes de la sección 22 del SNTE documentaron
presuntos actos de corrupción cometidos por su entonces secretario general,
Enrique Rueda Pacheco, quien en cada oportunidad ante los medios se mostraba
más marxista que Carlos Marx.
Faltaban unos
ocho meses antes que dieran la estúpida orden para que desalojaran a los
maestros el 14 de junio de 2006 del Zócalo de la capital. Eran los tiempos del
inolvidable V (quinto) Pre pleno de la sección 22 del SNTE.
Enrique Rueda Pacheco,
en Santiago Laollaga, tierra de Humberto
Alcalá Betanzos, ex dirigente de la sección 22, fue acusado de recibir dinero
del gobierno oaxaqueño y de beneficiar a empresas de sus familiares que vendían
productos de electrodomésticos y hacían viajes turísticos.
La acusación no
prosperó. Algunos líderes me dijeron después que no pasó porque “había que
cuidar la unidad del movimiento magisterial por encima de cualquier sospecha “.
Se aplicaron entonces los principios rectores contra los acusadores de Rueda
Pacheco.
Ex dirigentes de
la sección 22, como Humberto Alcalá Betanzos y Alejandro Leal, así como otros
líderes magisteriales, entre ellos Joaquín Echeverría y Miguel Silva Selvas,
terminaron siendo expulsados del
movimiento magisterial de Oaxaca.
Le tocó al
entonces gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz Ortiz, la primera gran crisis de la
sección 22 del SNTE. A URO le tocó la explosión del movimiento popular que sacudió
a la entidad. Por una o varias razones, URO unió a todos en su contra durante
el 2006. Usted sabe la historia.
A finales del
2006, tras un largo paro del magisterio, nació el Consejo Central de Lucha. El
CCL que dio paso a la Comisión Ejecutiva de lo que ahora es la sección 59.
Autoridades municipales y comités de padres vieron en el CCL la oportunidad de
abrir o crear escuelas con él.
Debilitado,
cuestionado y sin liderazgo, Rueda Pacheco llegó al 2007. Presidió la primera
asamblea estatal en Huajuapan de León y en la segunda asamblea estatal, que se
realizaría el 17 de febrero, envió su renuncia al cargo a través de una carta
leída ante los delegados.
Entre el Pre
Pleno, que debía discutir temas académicos, como la propuesta educativa de la
sección 22 y la llegada de URO al gobierno de Oaxaca, la sección 22 del
SNTE fue envuelta en una vorágine de
miedos por el fantasma de la división a partir de la presunta corrupción de sus
líderes.
Han pasado ocho
años. Es el otoño de 2013. Tras el largo paro magisterial que cimbró el DF y
dejó sin clases a un millón 300 mil alumnos en 13 mil planteles, hay voces que
cuestionan los liderazgos de la sección que no pudo echar atrás la reforma
educativa.
Son las voces que
apuestan a la intolerancia. Las mismas voces que desoyeron los presuntos actos
de corrupción de sus líderes en el 2005. Son las voces que apuestan a la
confrontación. ¿A qué juegan? ¿Al servicio del poder o al servicio de la
educación?
Es el fantasma
del 2005 el que empuja a los maestros, para que sin freno, recuperen con
violencia las escuelas, con una sola finalidad: salvarse de la hoguera de los
arrepentidos. Para que el fuego de la corrupción, no alcance o toque a nadie.
Y en
medio de esa lumbre, da risa la respuesta de Gabino Cué, quien llamó a deponer
la violencia, la que no ha sabido contener y que le ha estallado en la cara.
@alberticolopez
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