Alberto López Morales
JUCHITÁN, Oax.- En
la cama 23 del hospital civil “Macedonio Benítez Fuentes”, don Gonzalo Ruiz, un
campesino juchiteco de 69 años de edad, con una bolsa de suero conectado a una
de sus venas, espera impaciente una cirugía de la vesícula. Ingresó la noche
del miércoles. Iba ser operado este viernes, pero un paro de labores en el
sector salud lo ha impedido y sus familiares, que medio desayunan y comen en la
calle y duermen en la sala de espera de urgencias, no saben para cuándo
terminará la protesta de los médicos, enfermeras y personal administrativo.
Desde hace 15
días comenzó la jornada de protestas con un paro en las áreas administrativas
en la mayoría de las 142 unidades médicas que forman parte de la Jurisdicción Sanitaria
número dos del Istmo de Tehuantepec. A partir del pasado lunes nueve de este
mes, la protesta se generalizó con la suspensión de todos los servicios
médicos, como cirugías programadas y consultas externas, excepto la atención en
el área de urgencias.
“No sabemos
cuándo van a operar a mi papá. Nos dijeron que hoy (viernes), pero por el paro
ahorita solo le están dando suero y sus medicinas para su vesícula. Tiene
piedras (cálculo) y le duele”, reveló Martín Ruiz, entre bocados de tortillas
remojadas en jugo de bistecs que le preparó su esposa. Martín es hijo de don
Gonzalo, hospitalizado en la cama 23 del “Macedonio Benítez Fuentes”.
En la entrada
principal del nosocomio, las dos enormes puertas de grueso cristal están
cerradas. Las puertas del lado derecho, están atrancadas por fuera con una
larga y resistente tabla de madera. No hay dinero para arreglarlas. Pegadas por
dentro, varias cartulinas de color blanco y naranja tienen escritas varias
leyendas, entre ellas, pidiendo disculpas y comprensión por el paro laboral.
En el abandono
Parece
inverosímil, pero de acuerdo con las denuncias y peticiones de los trabajadores
que laboran en el Istmo de Tehuantepec, en los cuatro hospitales generales de
los Servicios de Salud de Oaxaca no cuentan con equipos para las cirugías,
tampoco con reactivos para los laboratorios, material quirúrgico y bolsas de
soluciones (suero). Cuentan con equipos de rayos X, pero están descompuestos y
en los 114 centros de salud rurales y en los cuatro centros de salud ubicados
en las zonas urbanas, las medicinas escasean y los médicos así como enfermeras
no son suficientes.
Por el paro de
los trabajadores de los Servicios de Salud pertenecientes a la Jurisdicción
Sanitaria número dos del Istmo, don Andrés Candelaria, de San Pedro
Tapanatepec, tampoco ha sido sometido a una cirugía de la próstata. A sus 78
años, acompañado de su nieta Mirel Galván, ama de casa que le da posada en esta
ciudad, espera su traslado a Pochutla para que sea operado en el hospital de
esa población costera. No sabe para cuándo irá porque con el paro el área donde
se agenda el traslado permanece cerrado.
En los cristales
de las dos puertas del área de urgencias, donde recargados a las paredes o
sentados en el piso descansan familiares de los pacientes, también hay letreros
como el que consigna que las citas en consulta externa se atenderán hasta nuevo
aviso y cartulinas que detallan que “motivo del paro no se realizarán las
cirugías programadas”, El director del hospital, Jerónimo Ramírez Luis, explicó
que al menos se programan entre cinco y seis cirugías al día. Del lunes al
viernes al menos 25 cirugías, como la de don Gonzalo Ruiz, se han suspendido.
Como resultado
del paro, la atención en las 142 unidades médicas establecidas en el Istmo de
Tehuantepec ha disminuido y los pacientes llegan al hospital “Macedonio Benítez
Fuentes” en espera de que sean admitidos, pero la capacidad del nosocomio está
rebasado. “Como 85% de las 60 camas están ocupadas”, dijo la trabajadora
social, Liliana González Fernández, quien lidia con los pacientes y familiares
que pelean por el ingreso. “Cada día hay unos 25 ingresos en el área de
urgencia, pero como está el paro, el área administrativa donde se cobra 118
pesos por el ingreso urgente, está cerrado y la gente no paga” y eso afecta la
economía del hospital que se queda sin dinero para comprar los materiales
quirúrgicos elementales.
Bajo ese
panorama, el área de urgencias del hospital es un hervidero de pacientes y sus
familiares que con desesperación observan la llegada de ambulancias como la de
los bomberos de esta ciudad que a cada momento traen accidentados como la joven
Flor de Lis Laureano Gutiérrez, quien ingresó al nosocomio tras la volcadura
que sufrió al medio de este viernes el mototaxi en que viajaba. “El diagnóstico
es posible lesión de la cadera”, señaló el paramédico Roberto Blas, quien
auxilió a la paciente.
Los
representantes sindicales de los trabajadores de los Servicios de Salud de
Oaxaca están en la capital. Tienen la solidaridad de todos los administrativos
de la entidad que también están en paro desde hace 15 días y nadie sabe para
cuándo se normalizará la atención médica en esta jornada de protestas donde
todos sufren.
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