JUCHITÁN INFORMA
Alberto López Morales
-¿Cómo está Oaxaca? –le preguntaban al político priísta de Oaxaca a mediados de los 80, cuando él no era gobernador y la entidad recibía con recelo a Heladio Ramírez López, quien le había ganado la gubernatura a los poderosos grupos conservadores de empresarios y políticos de la capital.
El personaje en cuestión, fruncía el ceño que lo hacía ver más severo, retiraba de la comisura de los labios el infaltable cigarrillo que sostenía con la mano derecha y después de expulsar una bocanada de humo respondía seco y desafiante por conocedor:
-Oaxaca está como pasto seco-, respondía. E Inmediatamente después él mismo se encargaba de agravar el diagnóstico: -Solo falta que alguien le ponga lumbre para que arda todo en un instante.
Literalmente Oaxaca estuvo bajo llamas y ardió durante cinco largos meses en el 2006. Del 14 de junio con el fallido y estúpido desalojo de los maestros del Centro Histórico por parte de las policías estatales, hasta el 25 de noviembre, cuando la Policía Federal y la policía estatal golpearon, persiguieron y detuvieron a cientos de oaxaqueños que corrían entre calles que ofrecían edificios y vehículos envueltos en el rojizo y amarillento color del fuego y las densas columnas de humo negro.
Han pasado más de 20 años desde que aquel político oaxaqueño, que finalmente ganó la gubernatura después, diagnóstico que Oaxaca estaba como pasto seco y parece que nada o muy poco ha cambiado. Oaxaca está como pasto seco y solo falta que alguien le ponga lumbre para que arda todo en un instante.
No se trata del diagnóstico y de las advertencias que nos dejó el martes el titular de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), Juan Manuel Torres Rojo, quien anunció que este año será sumamente crítico en materia de incendios forestales y anunció apoyos por 183 millones de pesos para apoyar la actividad forestal en las comunidades oaxaqueñas.
Se trata del ambiente que empieza a perfilarse en la vida de los oaxaqueños. Por segunda o tercera ocasión, en este año, los maestros mostraron su fuerza y cerraron las carreteras en 37 puntos de la entidad. No hubo región, ayer, que no resintiera las consecuencias de esas protestas que no terminaron ahí, sino que se trasladaron a 37 plazas públicas, como campamentos de denuncia en demanda de la presentación con vida del profesor Carlos René Román Salazar.
Si los incendios forestales en Oaxaca, que ya devoraron poco más de dos mil hectáreas en este año y afectaron las regiones de la mixteca y valles centrales, los problemas sociales y los conflictos políticos, electorales, agrarios y religiosos empiezan a erosionar, de nueva cuenta, el tejido social de Oaxaca que aun no cierra las heridas que dejó el largo conflicto de 2006.
A diferencia de los 183 millones de pesos que aplicará Conafor para atender necesidades forestales de las comunidades oaxaqueñas, Oaxaca y su gobierno tendrán para ejercer este año 58 mil millones de pesos que aprobaron los diputados federales, pero con todo Oaxaca está como pasto seco y desde las catacumbas los tenebrosos planean, diseñan y actúan con certeza y certidumbre porque tienen el manto de la impunidad, el mismo manto que ha dejado sin castigo los últimos asesinatos convertidos en auténticas ejecuciones.
DE REFILÓN: Y ya viene mayo, cuando los maestros presenten el pliego petitorio, se planten en el Zócalo, después en el Centro Histórico. Los comerciantes van a protestar, el turismo cancelará sus viajes y el 25 de ese mes se cumplirán cuatro años de la desaparición de los líderes insurgentes del Ejército Popular Revolucionario (EPR), Gabriel Alberto Cruz Sánchez y Edmundo Reyes Amaya. (¿Alguien del gobierno ya tomó nota de esa eventual ruta?)
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