miércoles, 23 de marzo de 2011

El costo de las promesas

JUCHITÁN INFORMA
Alberto López Morales
     Durante su campaña electoral para alcanzar el gobierno de Oaxaca, Gabino Cué no tuvo empacho alguno para prometer casi todo: que se desterraría la opacidad, que se terminarían los bloqueos, marchas y protestas callejeras, que se combatiría la impunidad, que se establecerían nuevas y democráticas reglas políticas y jurídicas, que…
     El 21 de marzo, durante su discurso en el aniversario del natalicio de Benito Juárez, Gabino Cué anunció que los cambios prometidos se alcanzarán dentro de 25 años y ayer, durante la instalación del Consejo Estatal y Firma del Convenio de Coordinación en Materia Forestal entre el Gobierno del Estado y la Federación, trató de matizar el alcance de sus declaraciones transexenales.
     Cumplidos 111 días de su administración estatal, Gabino Cué empieza a pagar los costos de las promesas incumplidas. Sus aliados le están cobrando las cuentas de manera inmediata. Prevalecen los conflictos sociales, la parálisis en la vida municipal y crece la incertidumbre en los inversionistas, mientras los tres grandes partidos en el Congreso local, PAN, PRI y PRD se preparan para tomar por asalto al Instituto Estatal Electoral (IEE), que debió ser renovado este 23 de marzo, aunque ahora lo harán el nueve de abril.
     Desde el flanco de la guerrilla oaxaqueña representada por las “Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo”, le llegó a Gabino Cué, quizá una de las críticas más ácidas a sus primeros 111 días de gobierno. Las FARP le dijeron a Cué Monteagudo que se convirtió en rehén de los grupos oligárquicos y que transformó su administración en un espacio de cuotas y de cuates. También criticaron el carácter clientelar y electorero del programa Bienestar, que destinará únicamente a pobladores de municipios con más de 30 mil habitantes.
     Hasta ahora el gobierno aliancista mantiene vivo el bono democrático que la sociedad le otorgó el cuatro de julio, pero con la experiencia del ex presidente Vicente Fox, que desencantó a los mexicanos cuando trivializó el primer aniversario de la alternancia con su boda en Los Pinos, Cué Monteagudo está obligado a actuar los más rápido posible para empujar la transición.
     Lamentablemente para Oaxaca, hasta ayer el gobierno del cambio aun no tenía elaborado el Plan Estatal de Desarrollo de su sexenio, pese a que en campaña y los primeros 100 días de su gobierno se realizaron foros donde se suponía saldría el dichoso Plan Estatal y si la percepción de la parálisis que priva en Oaxaca se generaliza, entonces Gabino Cué empezará a pagar muy caro haber hecho promesas que ahora no puede cumplir.
     En su discurso del 21 de marzo, Cué Monteagudo dijo que recibió la administración estatal con deudas y sin dinero, pero el diputado federal del PRI, Héctor Pablo Ramírez le recordó que la fracción priísta en la Cámara de Diputados le consiguió a Oaxaca 58 mil millones de pesos, 10 mil millones más que los ejerció Ulises Ruiz Ortiz, para que el gobierno del cambio los aplique en carreteras, hospitales, escuelas y caminos.
     Oaxaca vivió durante 80 años del régimen priísta con el sino de la pobreza extrema y la marginación, soportó gobiernos autoritarios, feudales, nada transparentes e ignominiosos, hasta que se cansó y con la fuerza de los votos le dio la victoria a Gabino Cué, que ahora presume una nueva promesa transexenal para decirles a los jodidos de siempre que se esperen otros 25 años para ver los cambios.
     DE REFILÓN: Desde el tres de marzo miles de alumnos normalistas se declararon en paro para exigirle al gobierno de Oaxaca mejoras para sus escuelas. Ahora se suman al paro los maestros de esas normales para exigir la presentación con vida del profesor Carlos René Román Salazar.



   

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