Alberto López Morales
La planta congeladora de Salina Cruz cerró sus puertas en 2005 |
JUCHITÁN, Oax.- En
el año 2005, la planta congeladora y exportadora de camarón “Pescadores Unidos
de Salina Cruz” cerró sus puertas. Los dueños, cooperativistas todos, se
declararon en quiebra. Más de 200 trabajadores, entre mujeres maquiladoras,
maquinistas, bodegueros, ingenieros y administrativos se fueron a la calle
desempleados. En la actualidad, el puerto pesquero de Salina Cruz es el único
centro camaronero del Pacífico mexicano que carece de una planta que le dé
oportunidad a los 230 pescadores de alta mar que conforman la flota camaronera
de Oaxaca para que obtengan un mejor precio por tonelada del crustáceo.
El pescador
Alberto Román Pineda, quien trabajó poco más de 10 años en la congeladora
“Pescadores Unidos de Salina Cruz”, recordó que la planta “tronó” porque era
incosteable su mantenimiento por tres razones. La primera, señaló, fue porque
las tarifas eléctricas eran muy caras, la segunda, porque en esos años la pesca
registró una baja producción y la tercera, vinculada con la primera causa, fue
porque las máquinas, como las cámaras de congelación, ya eran obsoletas.
A nueve años del
cierre de la última de las tres plantas congeladoras que tuvo el cooperativismo
pesquero, porque también tuvo en operación las plantas Productos Pesqueros de
Salina Cruz, propiedad del gobierno federal y Pesca Industrializa, del sector
privado, que conjuntamente operaban en la zona industrial del muelle pesquero, Alberto
Román Pineda lamenta el cierre de las plantas congeladoras.
─Con
el cierre de esas plantas perdimos la oportunidad de tener el valor agregado
con la maquila y dejamos de exportar al mercado norteamericano porque la
empresa paraestatal Ocean Garden dejó de comprarnos y sobre todo, se perdieron más
de 200 empleos ─, añadió envuelto en un dejo de tristeza y nostalgia por
aquellos tiempos en que la pesca era el motor de la economía del puerto
salinacrucense.
Con el desarrollo
de la industria petrolera en este puerto, que de forma vertiginosa desplazó la
actividad pesquera con la implementación del muelle petrolero en la agencia de
Salinas del Marqués, los pescadores vieron mermados sus ingresos e importancia
en las inversiones públicas. La pesca dejó de ser la prioridad gubernamental
que destinó mayores recursos a la exportación de los derivados de crudo desde el
puerto de Salina Cruz. En menos de 10 años, entre la década del 2000, el muelle
pesquero se convirtió en un cementerio de embarcaciones camaroneras que se
pudrieron y hundieron en el mar. De aquella orgullosa flota camaronera de 250
embarcaciones, solo quedan 39, de ellas 18 aún sobreviven bajo el esquema
cooperativista que reciben apoyos en diésel de Pemex para que salgan a la
pesca.
Este martes, de
los 18 embarcaciones que forman parte de la Unión de Productores Pesqueros de
Alta Mar, que dirige Anselmo López Villalobos, solo zarparon cinco de las viejas y
anticuadas embarcaciones que solamente tienen autonomía en combustible y
avituallamiento por 15 días, a diferencia de las modernas embarcaciones
procedentes del Pacífico Norte, de Mazatlán, que cuentan con sistemas de
refrigeración y autonomía de combustible hasta por 60 días.
─Conforme Pemex suministre (en plan de apoyo a la industria
pesquera),
el diésel, las embarcaciones camaroneras saldrán ─,
asentó el dirigente de la Unión de Productores de Alta Mar, Anselmo López
Villalobos, quien añadió que el costo del avituallamiento (compra de alimentos
para un promedio de siete tripulantes por barco, pintura del casco y
reparaciones de la máquina y equipos de arrastre de pesca), supera los 600 mil
pesos.
De acuerdo con
los estudios realizados por los técnicos del Centro Regional de la Industria
Pesquera (CRIP), del puerto de Salina Cruz, para esta temporada de captura de
camarón de alta mar, se espera una buena producción del crustáceo. En la
temporada pasada, dijo López Villalobos, la captura del camarón de alta mar en
el Pacífico mexicano fue de mil 200 toneladas.
─Tuvimos
una buena producción en la temporada 2013/2014, lo que nos pegó y seguirá
pegando es que no tenemos plantas congeladoras y nos vemos obligados a vender
el producto a otros estados, como Chiapas y ahí se va el valor agregado, porque
si un kilogramo de camarón lo vendemos a 150 pesos, las plantas congeladoras
las venden a 280 pesos ─, precisó López Villalobos, quien agregó que las
autoridades federales estudian la posibilidad de construir en Salina Cruz, con
una inversión de 18 millones de pesos, una planta para procesar entre ocho y 10
toneladas de camarón por día.
Al margen de las
prospecciones del CRIP que consideran que esta temporada será positiva, los
pescadores de alta mar de Oaxaca también esperan que se eleve el precio del
crustáceo tanto de consumo nacional y de exportación debido a que la producción
de camarón a través de la acuacultura de Nayarit, Sinaloa y Sonora se desplomó
por el fenómeno conocido como “muerte prematura”.
─Tenemos
confianza que poco a poco la pesca de alta mar recuperará sus días de esplendor
─,
puntualizó el pescador Alberto Román Pineda, quien se disponía a abordar la única
embarcación de la cooperativa Santa Cruz, para hacerse a la mar en busca de los
bancos del crustáceo para llevar el sustento a la familia.
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