Alberto López Morales
JUCHITÁN,
Oax.- Desde la aplicación del Programa Integral Frontera Sur, los centroamericanos
ya no viajan sobre el lomo de La Bestia. Ahora caminan todos los días, en
grupos de 30 ó 50 personas, los 60 kilómetros de la red ferroviaria que separa
Arriaga, Chiapas, de Chahuites, Oaxaca. “Los migrantes ahora viajan en
condiciones de mayor vulnerabilidad. Sufren más asaltos y se deshidratan en el
recorrido”, advierten sus defensores, como el sacerdote Alejandro Solalinde.
El Programa
Integral Frontera Sur, que coordina el ex senador tabasqueño Humberto Mayans, fue
presentado el lunes 25 de agosto de este año y en ese entonces se argumentó que
su espíritu era de proteger a los migrantes de los riesgos de mutilaciones por
caídas desde La Bestia o de accidentes ante los constantes descarrilamientos.
El Programa fue severamente criticado por los defensores de los
centroamericanos que durante años vieron en La Bestia el transporte más
económico para llegar a la frontera norte y de ahí, ingresar al territorio
norteamericano.
Migrantes
desprotegidos
Una semana
después de la presentación del Programa Frontera Sur, decenas de policías
federales, elementos de la Armada de México y agentes del Instituto Nacional de
Migración (INM), establecieron operativos en el municipio chiapaneco de Arriaga,
Chiapas, para impedir que los migrantes usaran el tren de carga para cruzar el
territorio del Istmo oaxaqueño, como lo hacían antes en número de 300 cada
tercer día para llegar agotados, hambrientos y enfermos a Ciudad Ixtepec,
municipio oaxaqueño ubicado en el Istmo de Tehuantepec, en un viaje pesado de
entre 14 y 19 horas para cubrir la ruta ferroviaria de 152 kilómetros.
─Ahora
los hermanos migrantes están más desprotegidos. Caminan entre el monte, sufren
asaltos. Cuando quieren evadir los retenes o las estaciones migratorias, caen
en manos de los asaltantes. Llegan al albergue de Ixtepec con los pies
destrozados, con llagas y llegan deshidratados ─, denunció el fundador del
albergue “Hermanos en el Camino”, el sacerdote Alejandro Solalinde Guerra.
Tras conocer
las nuevas condiciones de vulnerabilidad en que se mueven los migrantes, los
activistas defensores de derechos humanos de los centroamericanos sin papeles concluyeron
con un plan de respuesta emergente basado en la colaboración con la autoridades
municipales del poblado oaxaqueño de Chahuites, que se localiza en la franja
limítrofe con Chiapas, al oriente del Istmo.
─Encontramos
la buena disposición del presidente municipal de Chahuites, José Antonio Ruiz
Santos, quien desde que se puso en marcha el Programa Frontera Sur rechazó la
realización de los operativos policiacos en su jurisdicción municipal, y al
lado de los misioneros Santiago y Margarito, y con la colaboración del DIF
municipal, acordamos abrir una Casa de Ayuda al Migrante en Chahuites ─,
precisó Solalinde Guerra.
“No podíamos
esperar más tiempo porque los asaltos contra los migrantes están otra vez a la
orden del día, como la lamentable omisión de los agentes del INM que nada hacen
para evitar los atropellos, extorsiones y asaltos que sufren los migrantes,
como en el caso del municipio de San Pedro Tapanatepec”, denunció el prelado.
Cinco
puntos delictivos, más de 20 asaltos
Un
colaborador de la Casa de Ayuda del Migrante que funciona en Chahuites, y que
pidió el anonimato para preservar su seguridad frente al acoso de los grupos
que asaltan a los migrantes, explicó que los centroamericanos llegan caminando
con los pies cubiertos de llagas. Caminan 60 kilómetros desde Arriaga a
Chahuites. ─Vienen
deshidratados y aquí les damos agua y algo de arroz y frijoles. Reciben sus
medicinas para los pies y para la calentura o la diarrea ─reveló.
En la zona
oriente del Istmo, dijo, entrando en el territorio oaxaqueño hay puntos
críticos donde los migrantes han denunciado que son víctimas de asaltos. Uno de
esos sitios se localiza justo en los límites ferroviarios de Chiapas con
Oaxaca. El segundo punto es conocido como Los Corazones. Después está el puente
La Tembladera. Ahí han ocurrido varios asaltos. Salen hombres con machetes y
rifles y asaltan a los migrantes, denunció.
Las otras
zonas críticas, donde debe estar la policía estatal o federal, añadió, se
localizan a la salida de Chahuites, “donde funcionaba una harinera o algo así”
y también entrando a Tapanatepec. Otro de los puntos de alto riesgo para los
centroamericanos que ahora caminan porque están impedidos por la fuerza pública
abordar el lomo de La Bestia, es el poblado zapoteca de Unión Hidalgo.
─Desde que se abrió la Casa de Ayuda del
Migrante hemos recibido grupos de 30 ó 50 centroamericanos que vienen cansados
y tan solo en septiembre asistimos como a 20 personas que revelaron haber
sufrido asaltos en el camino. Hemos atendido incluso a macheteados que son
canalizados al hospital ─, indicó el denunciante anónimo.
─
¿Y la Fiscalía, no investiga las denuncias?
─Nosotros
acompañamos a los migrantes a la denuncia. Hay más de seis legajos de investigación,
pero no vemos que haya un compromiso mayor de las autoridades de la
Procuraduría de Justicia de Oaxaca para frenar los abusos, los asaltos y las
extorsiones. Como que se reciben las denuncias, pero de ahí no pasa nada.
Para
precisar el número de asaltos documentados en la zona, desde que se puso en
marcha el Programa Frontera Sur, se trató de localizar por la vía telefónica a
la Fiscal para la Atención de Migrantes de la Procuraduría de Justicia de
Oaxaca, con sede en Ciudad Ixtepec, pero fue imposible debido a que justamente
este jueves un grupo especializado compuesto por autoridades federales y
estatales se trasladó a las áreas rurales de la zona oriente del Istmo, donde
la señal telefónica es nula.
El
Grupo Beta, al auxilio
Los integrantes
del Grupo Beta del INM, que tienen la tarea de auxiliar a los migrantes en
condiciones de peligro, han asistido, tan solo en el mes de septiembre, a unas
250 personas de origen centroamericano.
El
coordinador del Grupo Beta establecido en Ciudad Ixtepec, Martín Rojas, reveló
que gran parte de los migrantes atendidos en el tramo ferroviario de Arriaga,
Chiapas a Chahuites, Oaxaca, presentaban problemas con los pies de tanto
caminar. ─A
los deshidratados los asistimos con agua ─, precisó.
Los
integrantes del Grupo Beta, que recorren la ruta ferroviaria desde Chahuites
hasta la zona norte del Istmo, con sus equipos de ayuda rescate, a bordo de
cuatrimotos, ambulancias y camionetas, también han trasladado al hospital civil
de Juchitán a diversos migrantes que han sufrido picaduras de abejas africanas.
A la entrada de Juchitán, después de Unión Hidalgo, hay varios enjambres,
comentó.
Bajo las
nuevas condiciones de vulnerabilidad en que se encuentran los migrantes, el
sacerdote Solalinde Guerra recibió la encomienda de las autoridades de
Chahuites para gestionar ante el gobierno de Oaxaca, una ambulancia y una
camioneta que auxilie las tareas de la Casa de Ayuda al Migrantes, que en pocos
días se ha convertido en un bálsamo para los centroamericanos que ven en el
territorio norteamericano la oportunidad negada en su propia tierra, tal vez
por pobreza, quizá por la violencia o en su viejo anhelo de la reconciliación
familiar.
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