Alberto López Morales
CD IXTEPEC, Oax.-
En el albergue “Hermanos en el Camino”, unos 300 centroamericanos practican
consignas, elevan los brazos, cierran el puño en alto, dan muestras de unidad,
gritan, saltan, se abrazan y se preparan para salir caminando la tarde del
viernes al Distrito Federal.
Los 300
centroamericanos, entre guatemaltecos, hondureños y salvadoreños en su mayoría,
permanecen en el albergue desde el pasado fin de semana. Decidieron no seguir en
su ruta a Estados Unidos sobre el lomo de La Bestia, por la violencia que
enfrentan en su paso por Veracruz.
Con el apoyo del
sacerdote Alejandro Solalinde, los migrantes habían tomado la decisión de
trasladarse al Distrito Federal desde el pasado domingo cuatro de mayo.
Solalinde Guerra pidió al gobierno federal documentos de libre tránsito y
autobuses, pero no le dieron nada.
Por esa razón, la
salida de los migrantes se retrasó y ahora saldrán a pie desde Ixtepec, pasando
por los pueblos del Istmo, como Juchitán y Matías Romero, para arribar a
Coatzacoalcos, Veracruz, donde esperan la incorporación de más centroamericanos
y caminar hasta el Distrito Federal.
¿Cuál es el
objetivo principal de esa caminata al DF? La respuesta la dio el coordinador
del albergue Hermanos en el Camino, Alberto Donis Rodríguez: Visibilizar la
violencia, traducida en asaltos, robos, extorsiones y secuestros, que sufren
los migrantes en el territorio mexicano.
A lo largo de la
marcha, los migrantes y los defensores de derechos humanos que acompañan la
caravana, esperan la solidaridad de las autoridades municipales y de las
comunidades. “No llevamos víveres ni agua, pero llevamos muchas ganas y amor”,
dijo Donis Rodríguez.
Las demandas de la caravana de migrantes
se centra en varios puntos, entre ellos la necesidad de que se establezca el libre
tránsito de personas migrantes por México y
la protección de la integridad de toda persona migrante
También exigen el alto a la represión y
respeto a la labor de los defensores de los derechos humanos y la desaparición del Instituto Nacional de
Migración (INM) y la creación de una alternativa libre de corrupción.
Alberto Donis
lamentó el desinterés del gobierno de Oaxaca ante el reclamo que hizo el
sacerdote Solalinde Guerra. “Solo pedimos ayuda para el transporte y la
posibilidad de una audiencia con el gobernador”, indicó.
Originalmente la
caravana vehicular iría al DF por Oaxaca, debido a que la ruta por Veracruz
“está copada por las mafias que trafican, extorsionan, asaltan, secuestran y
roban a los migrantes”, pero ante la falta de ayuda, la caravana saldrá
caminando y por la ruta jarocha.
Para el jueves,
los migrantes y los defensores de derechos humanos de los migrantes marcharán
por las calles de esta ciudad. “La acción culminará con una vigilia en el
Albergue para prepararnos para enfrentar a los retos, riesgos y peligros que
implican nuestro caminar”.
Los migrantes
caminarán en el territorio mexicano sin permisos de libre tránsito. Podrían ser
detenidos por las autoridades migratorias. “Si se atreven y si nos dejamos, de
seguro nos detienen, pero vamos unidos y nadie nos detendrá”, retó Alberto
Donis Rodríguez.
Para este jueves,
se espera además el arribo de La Bestia, procedente de Arriaga, Chiapas y en
sus entrañas y sobre su lomo seguramente vendrán más migrantes dispuestos a
denunciar el clima de violencia que enfrentan a su paso por el territorio
mexicano.
“No sabemos
cuándo llegaremos al DF. Tampoco sabemos dónde iremos a protestar para
visibilizar los ataques que sufren los migrantes y los defensores de los
derechos humanos, pero sí sabemos que con la unidad y el apoyo de los pueblos,
¡llegaremos al DF!”, señaló Alberto Donis.
En su ruta sobre
La Bestia, los migrantes enfrentan las adversas condiciones climatológicas.
Algunas veces es el calor, otras la lluvia o el viento y encima de esas
inclemencias, la rapiña de los traficantes que ven en los centroamericanos una
mercancía, ha dicho Solalinde Guerra.
A mediados de
abril de este año, cuatro personas fueron asesinadas sobre La Bestia. No se
trató de un asalto, sino de un ajuste de cuentas entre las mafias que trafican
con los centroamericanos, diagnosticó en su oportunidad, Solalinde Guerra.
Mientras llega la
tarde del viernes para partir caminando al DF, los migrantes pintan consignas
en las cartulinas y en los cartones que consiguen cerca del albergue. Hay
quienes preparan mantas. Alrededor, se oyen gritos, risas. En el albergue se
respira un ambiente de camaradería.
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