jueves, 3 de julio de 2014

La Bestia le destrozó el pie

Alberto López Morales
     JUCHITÁN, Oax.- Gilmar Romero Vásquez, un joven de 17 años de edad, salió hace una semana de la ciudad de Quetzaltenango, conocida también como Xela, la segunda entidad más grande de Guatemala. En la noche del martes se montó sobre el lomo de La Bestia, en Arriaga, Chiapas, para avanzar hacia a la frontera norte del país. Algo impidió el viaje. Un descuido o error le marcó la vida. Un segundo, que lo envió al hospital civil “Macedonio Benítez Fuentes”, donde le cercenaron el pie derecho que minutos antes había sido destrozado por el peso de la invencible Bestia.
     Procedente de Arriaga, La Bestia traía en sus entrañas y lomo a unos 700 centroamericanos, entre ellos mujeres y niños y menores de 18 años, como Gilmar. A unos dos kilómetros para llegar a la zona urbana de esta ciudad zapoteca, casi frente al panteón “Domingo de Ramos”, el maquinista empezó a disminuir la velocidad de las locomotoras marcadas con los números 4065/1885 y 1852 que jalaban 40 vagones con su carga humana.
     En ese punto, cerca de la curva para entrar a esta ciudad, al oriente viniendo del poblado zapoteca Unión Hidalgo, donde hay acusaciones de que la policía municipal del gobierno perredista que encabeza José López de la Cruz, persigue y extorsiona a los centroamericanos, decenas de taxistas juchitecos merodeaban el arribo de La Bestia.
     Gilmar Romero Vásquez, de acuerdo con las versiones que dieron sus acompañantes, recibió la orden del pollero o traficante que le dijo imperativamente: ¡Bájate! Una orden que recibieron más centroamericanos que viajaban sobre La Bestia. Gilmar bajó bien. Ya estaba en tierra, pero de pronto se dio cuenta que una mujer, estaba a punto de ser arrastrada por el vagón. Entonces, trató de salvarla y en su intento, La Bestia le cobró el favor al destrozarle el pie derecho. La chica salió ilesa. Él fue auxiliado para ir al hospital.
     Cuando recuperó la consciencia, tras conocer que los médicos del hospital civil de esta ciudad le amputaron la pierna, el joven guatemalteco Gilmar Romero Vásquez, se mostró deshecho y soltó en llantos. “Lloró, lloró mucho”, reveló su hermano Benito Romero, de unos 33 años de edad, quien viajaba en La Bestia y acompañaba a la mujer, cuya identidad se desconoce, que Gilmar quiso evitar que fuera arrastrada por el tren.
     De acuerdo con el parte médico del hospital civil de esta ciudad, el estado de salud del migrante guatemalteco menor a los 18 años de edad, “es estable”, confirmó de manera escueta el coordinador del Grupo Beta en el sur de Oaxaca, Martín Rojas.
     La Bestia siguió su ruta de esta ciudad a Ixtepec. De los 700 migrantes que viajaban en el loma y en las entrañas de La Bestia, unos 200 se dirigieron al albergue “Hermanos en el Camino”, donde les ofrecieron agua y comida, además de los espacios para hombres y mujeres para dormir. La mayoría buscó espacios en los hoteles que están cerca de la vieja estación de trenes de Ciudad Ixtepec. Por lo general, admiten las autoridades, los migrantes que van a los hoteles, traen guías que no son otros más que polleros.
     Curiosamente, antes que La Bestia saliera de Arriaga, Chiapas, la Fiscalía Especializada en Delitos Contra Migrantes (FEDCC), del gobierno chiapaneco, detuvo en la zona de las vías del tren al salvadoreño Douglas Alexander Escobar Peraza (38 años) y al nicaragüense Elmer José González Rodríguez (28 años) por el delito de extorsión en agravio del hondureño José Italo Guillen, de 51 años de edad.
     Tras ese inicio marcado por las detenciones, en el albergue “Hermanos en el Caminos” y en las vías ferroviarias de la vieja estación del tren, unos 700 migrantes, algunos con sus esposas e hijos menores de edad, esperan la llegada de La Bestia que, con todo y sus peligros, los llevará a Medias Aguas, Veracruz, una de las rutas de mayor riesgo por los asaltos,  secuestros y extorsiones.


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