RETAZOS DE HISTORIA
Gato por liebre
Alberto López Morales
El 21 de junio
del año 2012, el entonces candidato del PRI a la presidencia de México, Enrique
Peña Nieto firmó el compromiso número 208 de su campaña electoral, consistente
en la construcción de un hospital de especialidades en Juchitán para atender a
los habitantes del Istmo y de la Costa.
Tras el triunfo
electoral de Peña Nieto, se dieron más detalles del compromiso: que el hospital
ofrecería los servicios en seis especialidades, que tendría 90 camas y que
estaría listo antes de que concluyera el periodo sexenal.
Apurado por las
circunstancias, el entonces presidente municipal de Juchitán, Daniel Gurrión
Matías gestionó ante la SHCP la compra del predio donde había funcionado la planta
arrocera Benito Juárez, localizado a un costado de la carretera Juchitán/El
Espinal. En ese predio se construiría el hospital de especialidades de 90
camas.
Pasaron los años
y oh, ¡sorpresa! Nos darán gato por liebre.
Apenas el pasado miércoles
24 de junio, una comisión técnica del gobierno federal llegó a Juchitán para
conocer el predio donde, dijeron, se construirá el hospital materno/infantil de
30 camas, para dar cumplimiento al compromiso 208 firmado por Peña Nieto hace
tres años, el 21 de junio de 2012.
El dirigente
estatal de la sección 35 del sindicato de trabajadores de salud, el enfermero
Mario Félix Pacheco confirmó que la versión, pero no se quiso meter en honduras
y dio como bueno que el nuevo hospital materno/infantil de 30 camas, próximo a
construirse en Juchitán y que deberá ser entregado en el 2017, forma parte del
compromiso de Peña Nieto.
Los trabajadores
de salud, al enterarse que ya no se construiría el hospital de seis
especialidades con 90 camas, se inquietaron y se dijeron entre sorprendidos y
engañados.
“Nos están dando
gato por liebre”, denunció el médico Juan Orozco, dirigente de los trabajadores
del hospital general de 60 camas, “Macedonio Benítez Fuentes”, de Juchitán, que
desde hace dos meses tiene sus puertas cerradas, salvo en el área de urgencias,
porque carece de medicinas y material de curación.
¿Cuál es el
argumento de la Secretaría de Salud para darles a los istmeños un gato por
liebre? Los trabajadores de salud dicen que primero fue el recorte presupuestal
motivado por la caída del precio internacional del petróleo y que a ese
problema se sumó otro aunque de menor importancia pero que terminó por influir
en el cambio.
¿Saben cuál? La
comisión técnico que visitó inicialmente el predio, en los tiempos de Daniel
Gurrión, como presidente municipal, encontró en la superficie la construcción
de seis naves industriales y que el presupuesto asignado no contempla un
recurso adicional para derribar las bardas y techos de las naves que en un
tiempo sirvieron como área de bodega o de almacenes de la planta arrocera. ¿Qué
pena, no? Un argumento endeble para justificar el cambio de gato por liebre.
A propósito, en
el último día de su mandato como alcalde juchiteco, Alberto Reyna inauguró un
hospital para la mujer que según diversas fuentes, costó 10 millones de pesos
entre equipos médicos y construcción. El hospital nunca funcionó. Nadie sabe
dónde fueron a parar los equipos.
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