Alberto López Morales
JUCHITÁN,
Oax.- Entre las 03:50 y 04:00 horas de la madrugada de este miércoles, tres
explosiones que se registraron dentro del Juzgado Civil despertaron a los
vecinos del andador Noche Buena del fraccionamiento Infonavit Zapandú. “Cuando
salimos de la casa que vibró con las detonaciones, vimos las enormes lenguas de
fuego que empezaron a alzarse por la puerta y ventanas del Juzgado. En el piso
del andador y frente a las casas había un montón de pedazos de cristales. Las
ventanas volaron en añicos”, relató la joven señora María del Carmen Díaz
López.
El edificio
que alberga al Juzgado Civil, propiedad del Poder Judicial del Estado de
Oaxaca, quedó dañado en su totalidad tras las explosiones y el incendio que fue
sofocado inicialmente por los vecinos del andador Noche Buena y con la intervención
de los bomberos juchitecos. Los vecinos ingresaron al patio del edificio de una
sola planta con poco más de 100 metros cuadrados y destaparon la cisterna de
donde tomaron el agua con cubetas para combatir el incendio.
Las mujeres
que habitan las viviendas marcadas con los números siete, ocho y nueve del
andador Noche Buena también ayudaron, aunque después tuvieron que poner a salvo
a unos seis niños que se estaban sofocando por la densidad del humo negro
provocado por la quema del plafón colocado en el techo del edificio.
El titular
del Juzgado Civil, el abogado Gabriel Aguayo Olivas había trabajado en su
privado hasta las 12 de la noche. “Había terminado de revisar los proyectos de
acuerdos elaborados por la secretaria del Juzgado y después me retiré”, dijo.
Cuatro horas después sobrevinieron las explosiones.
Tras el
incendio, los peritos de incendio, planimetría, fotografía y construcciones de
la Sub Procuraduría de Justicia ingresaron al edificio y constaron que todo el
mobiliario y equipo de trabajo fue consumido por el fuego. Se quemaron 12
computadoras, cinco máquinas mecánicas de escribir, 12 escritorios, más de 20
sillas acojinadas, dos climas y un ventilador, así como una parte significativa
de los archivos que contenían cheques, pólizas, contratos y escrituras de los
más de 400 expedientes en proceso de trámites como los juicios de nulidad y
disputa de bienes muebles e inmuebles conocidos como juicios reivindicativos.
A luz del día de este miércoles, los
vecinos dijeron que confirmaban sus sospechas de que al menos tres artefactos
explotaron dentro del edificio que albergaba al Juzgado Civil. La cancelería
superior de la puerta principal de acceso, después de cruzar el barandal,
mostraba los efectos de una onda expansiva al separarse de la barra frontal y
mostrar una abultada deformación de adentro hacia afuera.
Vecinos que
pidieron el anonimato, dijeron que antes de las explosiones, oyeron los ladridos
de los perros y que al salir de sus viviendas vieron huir a dos personas del
sexo masculino por la parte trasera del edificio, pegada a una cancha de
basquetbol que lo mismo se usa para fiestas que para la práctica del deporte.
El titular
del Juzgado Civil, el abogado Gabriel Aguayo Olivas indicó que tras conocer lo
que ocurrió, el Consejo de la Judicatura del Tribunal Superior de Justicia se
reunió de inmediato en la capital oaxaqueña para determinar si se habilita un
espacio alternativo para que no se retrase la atención a los justiciables,
siempre y cuando se recuperen los expedientes que no sufrieron daños con las
explosiones y el posterior incendio.
Por su parte
el sub procurador de Justicia en el Istmo, Víctor Altamirano dijo que no descartará
ninguna línea de acción para determinar las causas del incendio, mientras que
el director municipal de Protección Civil, Manuel Niño Marín López destacó que
el medidor de la CFE ubicado fuera del edificio no mostraba daño alguno. “Algo
explotó adentro con tanta fuerza que lanzó los pedazos de vidrio más de cinco
metros y llegaron a la acera de las viviendas de enfrente”, precisó.
Los 14
trabajadores del Juzgado Civil, incluido su titular, se concentraron en un
domicilio ubicado frente al edificio dañado por las explosiones y el incendio y
en ese lugar estuvieron explicando a los abogados que acudían a sus trámites
que no estaban en condiciones de atenderlos debido a que el edificio presentaba
severas afectaciones y porque los sellos y expedientes estaban hecho cenizas.
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