lunes, 11 de julio de 2016

Humildes comerciantes, las otras víctimas del conflicto

Alberto López Morales/Corresponsal
     JUCHITÁN, Oax.- Pequeños comerciantes que viven de la venta de totopos en las calles, dulces y frutas en las inmediaciones de las escuelas y empleados de tiendas que cerraron sus puertas tras ser saqueadas, son las otras víctimas del largo conflicto social que vive la entidad oaxaqueña.
     Doña Guadalupe Gómez Orozco, es una de las víctimas. Desde hace 32 años vende frutas y dulces frente a la escuela primaria “Daniel C. Pineda”, de esta ciudad. Con el inicio del paro magisterial, el lunes 16 de mayo, ella dejó de vender ahí.
     “Para sobrevivir pues ahora vendo donas azucaradas de harina y empanadas de leche”, dijo. Todos los días camina con una bandeja en la cabeza y otra en la cintura para ofrecer sus productos “a cuatro por 10 pesos”, pero el problema que enfrenta “es que no hay buena venta”.
     Durante la semana del 20 al 25 de junio, cuando arreciaron los bloqueos en las carreteras y provocaron el desabasto de harina para hacer las donas y empanadas, doña Guadalupe se las ingenió para elaborar y vender de casa en casa elotes y atole.
     Por ahora ya suspendió la venta de elotes porque “como no ha llovido suficiente, pues no hay maíz y cuando hay, el saco de 100 elote se vende en 350 pesos”. Antes el saco costaba 250 pesos. El precio se incrementó porque los campesinos pagan más por el traslado ante los bloqueos.
     Doña Flor Pin Santiago, originaria del poblado zapoteca de Santa María Xadani, la tierra del totopo, también ha sido víctima del conflicto social. Durante dos semanas quedó “atrapada” en la capital oaxaqueña después que la empresa camionera ADO suspendió sus corridas.
     Ella vive de la venta ambulante de unos 800 totopos por día. Las bolsas con 50 piezas las vende entre 65 y 70 pesos, dependiendo si gasta más para trasladarse a otra comunidad vecina como El Espinal. Del 13 al 24 de junio no vendió nada porque no podía viajar de Oaxaca a Xadani.
     “Fui a la ciudad de Oaxaca a visitar a mi hermana que dio a luz. Iba a regresar el lunes 13 de junio, pero por los bloqueos no pude salir y a la semana me dijeron que de plano ya no estaban saliendo los autobuses”, comentó.
     En Oaxaca, añadió ella tenía una doble preocupación: como jefa de su familia pensaba en sus dos hijos menores que aún cursan la primaria y que por ahora no tienen clases por el paro de los maestros y pensaba además en sus clientes que prefieren sus totopos.
     Hasta el momento, después de que se generalizaron los bloqueos de carreteras y jóvenes encapuchados quemaron el 19 de junio en esta ciudad dos autobuses de la línea SUR administrada por ADO, la empresa no ha reanudado sus corridas.
     Las terminales de primera y segunda clase de esta ciudad se observan vacías. De vez en cuando llegan algunas personas en busca de información. No hay filas de taxistas en espera de pasajeros como normalmente ocurría. Tampoco hay vendedoras que con sus gritos ofrecían panes y tacos.
     No hay corridas para la capital oaxaqueña, ni para las ciudades de Chiapas, Veracruz, Tabasco o Quintana Roo. Tampoco para Huatulco. Solo hay corridas de las líneas locales que comunican con las poblaciones del Istmo de Tehuantepec.
     Doña “María”, así prefirió que se le identificara por temor a represalias, lleva varios días que no trabaja normalmente. La tienda donde contrató como cajera es filial del corporativo Walmart y cerró sus puertas al público ante el temor del saqueo.
     “Por fortuna nos están pagando completo. Solo vamos a limpiar los productos caducados como verduras, frutas y lácteos y ahí estamos de siete de la mañana a siete de la noche”, dijo en medio de la incertidumbre porque no sabe cuándo abrirá la tienda.
     Cerca de esa zona ubicada en el sector poniente de la ciudad, por la carretera Transístmica, hay otras tiendas que fueron víctimas del saqueo también siguen cerradas. Una agencia de vehículos, de donde se robaron cuatro automóviles aún no abre sus puertas.

     Taxistas y mototaxistas que ofrecen sus servicios en las terminales camioneras y en las tiendas departamentales, y las mujeres que venden alimentos a las afueras de ambas empresas, son víctimas colaterales, como Flor, Guadalupe y “María”, del conflicto social que sacude a Oaxaca.

1 comentario:

  1. el paro afecta a todos, por eso la organización para saber el alcance y la magnitud del conflicto de intereses. los males de méxico son ancentrales y están saliendo a la luz el mal comportamiento de cada bando. la lucha del verdadero maestro es justa , de los casiques de siempre no tendrán cabida y cuando el asunto se logre cada quien tendrá que dar cuenta y razón del manejo de los bienes y quien pase los filtros de honestinad supongo que tendrán la aprobación de la sociedad y los que no tendrán que dedicarse a otra cosa. tanto la falsa autoridad y el sindicato de maestros tiene sus pecados pués no hay duda que desde la época de elba esther ya algunos maestros lucian camionetas hunter y eso pués es señal del mal manejo de los dineros de los maestros. el asunto es delicado porque nunca se preocuparon por enseñanza y por eso estamos en una sociedad carente de valores morales de la cuál todos participamos, por eso eso requerimos de cambios profundos y no basta con que se pongan a platicar hipócritas que terminarán enlodanda la noble causa de devolver al pueblo de méxico de conducirse con dignidad y rectitud.

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