viernes, 10 de octubre de 2014

Migrantes, más vulnerables con Frontera Sur

Alberto López Morales

     JUCHITÁN, Oax.- Desde la aplicación del Programa Integral Frontera Sur, los centroamericanos ya no viajan sobre el lomo de La Bestia. Ahora caminan todos los días, en grupos de 30 ó 50 personas, los 60 kilómetros de la red ferroviaria que separa Arriaga, Chiapas, de Chahuites, Oaxaca. “Los migrantes ahora viajan en condiciones de mayor vulnerabilidad. Sufren más asaltos y se deshidratan en el recorrido”, advierten sus defensores, como el sacerdote Alejandro Solalinde.

     El Programa Integral Frontera Sur, que coordina el ex senador tabasqueño Humberto Mayans, fue presentado el lunes 25 de agosto de este año y en ese entonces se argumentó que su espíritu era de proteger a los migrantes de los riesgos de mutilaciones por caídas desde La Bestia o de accidentes ante los constantes descarrilamientos. El Programa fue severamente criticado por los defensores de los centroamericanos que durante años vieron en La Bestia el transporte más económico para llegar a la frontera norte y de ahí, ingresar al territorio norteamericano.

Migrantes desprotegidos
     Una semana después de la presentación del Programa Frontera Sur, decenas de policías federales, elementos de la Armada de México y agentes del Instituto Nacional de Migración (INM), establecieron operativos en el municipio chiapaneco de Arriaga, Chiapas, para impedir que los migrantes usaran el tren de carga para cruzar el territorio del Istmo oaxaqueño, como lo hacían antes en número de 300 cada tercer día para llegar agotados, hambrientos y enfermos a Ciudad Ixtepec, municipio oaxaqueño ubicado en el Istmo de Tehuantepec, en un viaje pesado de entre 14 y 19 horas para cubrir la ruta ferroviaria de 152 kilómetros.

     Ahora los hermanos migrantes están más desprotegidos. Caminan entre el monte, sufren asaltos. Cuando quieren evadir los retenes o las estaciones migratorias, caen en manos de los asaltantes. Llegan al albergue de Ixtepec con los pies destrozados, con llagas y llegan deshidratados , denunció el fundador del albergue “Hermanos en el Camino”, el sacerdote Alejandro Solalinde Guerra.

     Tras conocer las nuevas condiciones de vulnerabilidad en que se mueven los migrantes, los activistas defensores de derechos humanos de los centroamericanos sin papeles concluyeron con un plan de respuesta emergente basado en la colaboración con la autoridades municipales del poblado oaxaqueño de Chahuites, que se localiza en la franja limítrofe con Chiapas, al oriente del Istmo.

     Encontramos la buena disposición del presidente municipal de Chahuites, José Antonio Ruiz Santos, quien desde que se puso en marcha el Programa Frontera Sur rechazó la realización de los operativos policiacos en su jurisdicción municipal, y al lado de los misioneros Santiago y Margarito, y con la colaboración del DIF municipal, acordamos abrir una Casa de Ayuda al Migrante en Chahuites , precisó Solalinde Guerra.

     “No podíamos esperar más tiempo porque los asaltos contra los migrantes están otra vez a la orden del día, como la lamentable omisión de los agentes del INM que nada hacen para evitar los atropellos, extorsiones y asaltos que sufren los migrantes, como en el caso del municipio de San Pedro Tapanatepec”, denunció el prelado.

Cinco puntos delictivos, más de 20 asaltos
     Un colaborador de la Casa de Ayuda del Migrante que funciona en Chahuites, y que pidió el anonimato para preservar su seguridad frente al acoso de los grupos que asaltan a los migrantes, explicó que los centroamericanos llegan caminando con los pies cubiertos de llagas. Caminan 60 kilómetros desde Arriaga a Chahuites.  Vienen deshidratados y aquí les damos agua y algo de arroz y frijoles. Reciben sus medicinas para los pies y para la calentura o la diarrea reveló.

     En la zona oriente del Istmo, dijo, entrando en el territorio oaxaqueño hay puntos críticos donde los migrantes han denunciado que son víctimas de asaltos. Uno de esos sitios se localiza justo en los límites ferroviarios de Chiapas con Oaxaca. El segundo punto es conocido como Los Corazones. Después está el puente La Tembladera. Ahí han ocurrido varios asaltos. Salen hombres con machetes y rifles y asaltan a los migrantes, denunció.

     Las otras zonas críticas, donde debe estar la policía estatal o federal, añadió, se localizan a la salida de Chahuites, “donde funcionaba una harinera o algo así” y también entrando a Tapanatepec. Otro de los puntos de alto riesgo para los centroamericanos que ahora caminan porque están impedidos por la fuerza pública abordar el lomo de La Bestia, es el poblado zapoteca de Unión Hidalgo.

     ─Desde que se abrió la Casa de Ayuda del Migrante hemos recibido grupos de 30 ó 50 centroamericanos que vienen cansados y tan solo en septiembre asistimos como a 20 personas que revelaron haber sufrido asaltos en el camino. Hemos atendido incluso a macheteados que son canalizados al hospital ─, indicó el denunciante anónimo.

     ¿Y la Fiscalía, no investiga las denuncias?

     Nosotros acompañamos a los migrantes a la denuncia. Hay más de seis legajos de investigación, pero no vemos que haya un compromiso mayor de las autoridades de la Procuraduría de Justicia de Oaxaca para frenar los abusos, los asaltos y las extorsiones. Como que se reciben las denuncias, pero de ahí no pasa nada.

     Para precisar el número de asaltos documentados en la zona, desde que se puso en marcha el Programa Frontera Sur, se trató de localizar por la vía telefónica a la Fiscal para la Atención de Migrantes de la Procuraduría de Justicia de Oaxaca, con sede en Ciudad Ixtepec, pero fue imposible debido a que justamente este jueves un grupo especializado compuesto por autoridades federales y estatales se trasladó a las áreas rurales de la zona oriente del Istmo, donde la señal telefónica es nula.

El Grupo Beta, al auxilio
     Los integrantes del Grupo Beta del INM, que tienen la tarea de auxiliar a los migrantes en condiciones de peligro, han asistido, tan solo en el mes de septiembre, a unas 250 personas de origen centroamericano.

     El coordinador del Grupo Beta establecido en Ciudad Ixtepec, Martín Rojas, reveló que gran parte de los migrantes atendidos en el tramo ferroviario de Arriaga, Chiapas a Chahuites, Oaxaca, presentaban problemas con los pies de tanto caminar. A los deshidratados los asistimos con agua , precisó.

     Los integrantes del Grupo Beta, que recorren la ruta ferroviaria desde Chahuites hasta la zona norte del Istmo, con sus equipos de ayuda rescate, a bordo de cuatrimotos, ambulancias y camionetas, también han trasladado al hospital civil de Juchitán a diversos migrantes que han sufrido picaduras de abejas africanas. A la entrada de Juchitán, después de Unión Hidalgo, hay varios enjambres, comentó.


     Bajo las nuevas condiciones de vulnerabilidad en que se encuentran los migrantes, el sacerdote Solalinde Guerra recibió la encomienda de las autoridades de Chahuites para gestionar ante el gobierno de Oaxaca, una ambulancia y una camioneta que auxilie las tareas de la Casa de Ayuda al Migrantes, que en pocos días se ha convertido en un bálsamo para los centroamericanos que ven en el territorio norteamericano la oportunidad negada en su propia tierra, tal vez por pobreza, quizá por la violencia o en su viejo anhelo de la reconciliación familiar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario