jueves, 21 de agosto de 2014

El dolor y miedo persisten a un año de la tragedia

CONMEMORAN CON MARCHA, PLANTÓN Y BLOQUEO EL 1er ANIVERSARIO DE LA
FUGA DE AMONIACO

Alberto López Morales
     JUCHITÁN, Oax.- El dolor y la indignación persisten. El miedo es latente, al igual que el coraje reflejado en los rostros de hombres y mujeres que hoy conmemoraron “combativamente”, el primer aniversario de la fuga de amoniaco que mató a nueve personas, sembró el terror entre los pobladores de las agencias de El Barrio de la Soledad y de Asunción Ixtaltepec, afectó cultivos de maíz y contaminó los arroyos de seis poblados ubicados en la zona norte del Istmo oaxaqueño.
     Hace un año, trabajadores de la compañía “Cuadro Rojo”, que ahora se llama “Asesores Contractuales” y sigue con los trabajos para la modernización de la carretera Transístmica, golpearon con una retroexcavadora el ducto de 10 pulgadas que transporta amoniaco desde Minatitlán, Veracruz, a la refinería “Antonio Dovalí Jaime”, ubicada en Salina Cruz, Oaxaca.
     Hoy, los pobladores de Santa Rosa, que pertenece a Asunción Ixtaltepec, y de las comunidades Chivaniza, Campo  Nuevo, El Sardinero, Río Grande y El Ajal, que pertenecen al municipio de El Barrio de la Soledad, marcharon en dirección sur sobre la carretera Transístmica desde el entronque de la cementera población de Lagunas hasta el poblado El Ajal, donde bloquearon por menos de una hora y después solamente impidieron el paso de pipas con productos petrolíferos.
     La conmemoración “combativa” de la trágica fuga de amoniaco que obligó a la evacuación de esas seis localidades, como la calificó el asesor de la Unión de Comunidades Indígenas de la Zona Norte del Istmo (Ucizoni), Carlos Beas Torres, también se extendió hasta la estación de bombeo que Pemex tiene en el poblado Tolosita, que pertenece a Matías Romero, donde hombres y mujeres impidieron el acceso a vehículos y personal de la empresa petrolera.
     Sentados a la orilla de ambos lados de la carretera Transístmica, con vehículos que cerraron el carril oriente de la vía federal, los manifestantes denunciaron que a un año de la fuga de amoniaco, el IMSS no ha cubierto los pagos por riesgo de trabajo a los deudos de las víctimas. “Cuando Mario Alberto López murió había dejado a dos menores y a uno más que estaba en el vientre de su madre. Los deudos, una viuda y tres hijos, viven en el desamparo”, denunció Carlos Leonardo Espinosa, del equipo jurídico de la Ucizoni.
     También están en el desamparo tres menores y la viuda de Iván Domínguez, quien falleció junto a su hijo Mario Iván Domínguez, quien a pesar de que tenía 17 años de edad ya había sido contratado por la compañía “Cuadro Rojo” que pagó a los deudos de las víctimas poco más de 200 mil pesos por cada fallecido. Solo falta que el IMSS cubra el pago de la pensión a los deudos.
     Después de la fuga de amoniaco, la constructora “Cuadro Rojo”, Pemex y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), libraron entre sí una dura batalla para deslindarse del siniestro y evitar el pago por los daños ocasionados al medio ambiente. Según la denuncia de Carlos Leonardo Espinosa, “Cuadro Rojo” se llama ahora “Asesores  Contractuales” y sigue con los trabajos de modernización de la vía Transístmica, cerca de donde recientemente se han detectado fugas de gasolina provocados por las tomas clandestinas hechas por los ladrones de gasolina que dejan mal cerradas las válvulas de los ductos.
     La “combativa” conmemoración del primer aniversario de la fuga de amoniaco también se convirtió en escenario para que los pobladores, que hace un año fueron trasladados a un albergue de Matías Romero y que de regreso a sus comunidades encontraron sus vacas muertas y cultivos quemados por la densa nube blanca del amoniaco, expresaran su rechazo a la reconstrucción de un gasoducto procedente de Veracruz, con destino al puerto de Salina Cruz. Con el transporte de gas natural a través del nuevo gasoducto, Pemex sustituiría el consumo de 12 mil barriles diarios de combustóleo y aplicaría en el sector ductos, una inversión de dos mil 500 millones de pesos.
     Esperanza González, del área de comunicación social de Ucizoni, explicó que el rechazo a la reconstrucción del gasoducto tiene su origen en la falta de información por parte de Pemex y por las desastrosas experiencias vividas a lo largo de los últimos 24 años, donde los pobladores han visto la contaminación del río Sarabia y Jaltepec y han sufrido el derrame de crudo, de gasolina y amoniaco.
     La población que vive sobre los ductos han dicho que desde hace más de 30 años esos ductos no han recibido mantenimiento alguno. “No queremos vivir en una bomba de tiempo más. Suficientes los que ya pasan bajo la tierra y trasportan petróleo crudo, gasolina y amoniaco”, explicó.


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