
Desde temprano,
en los cuatro puntos cardinales de Xadani, que en español significa “al pie o
debajo del cerro” y que cuenta con unos siete mil habitantes, llegaron 21
autobuses rentados por los dueños del ingenio Puga, de Tepic, Nayarit, para
llevarse a los jornaleros a su cita anual.
Algunos van al
ejido La Labor, otros a San Miguel, Jalisco, Trigo Miel y Compostela, todos
cercanos a la capital nayarita. No van solos. Llevan a sus esposas para que
cocinen, laven ropa y ahorren sus ingresos y con ellos sus hijos recién nacidos
y alumnos de preescolar y primaria.
Doña María Luisa
Antonio Aquino llegó puntual a su cita al autobús que la lleva al ejido La
Labor, donde la espera su esposo Juan Luis Sánchez, quien se adelantó desde
hace cuatro meses. Lleva en la mano una cubeta de ciruelos curados y con ella,
tres hijos menores de edad.
Jonathan, es el
mayor de ella. Tiene siete años de edad. Su primer viaje al corte de caña de su
padre lo hizo cuando tenía un mes de nacido. Ahora se muestra impaciente.
Quiere el autobús arranque su marcha. “Como no va a cortar caña, anda alegre”,
dijo su tío, Jesús Vicente Pin.
“En este año van
como 60 niños que estudian preescolar y primaria en la escuela de migrantes de
aquí de Xadani. Allá, en los campos de caña hay dos tres salones donde estudian
y en junio vienen a terminar sus estudios aquí”, explicó Armando López, en
espera de la salida de su camión.
Sentado en la
alta banqueta que impide la inundación de las viviendas en periodos lluviosos,
don Armando y su esposa Francisca, juegan con su pequeño José Armando que por
primera vez llevará a su mascota Pinky, un perrito chihuahueño de un año, a
conocer otras tierras.

Hace poco más de
22 años, los cortadores de la gramínea no tenían necesidad de abandonar sus
tierras por siete meses. En el Istmo funcionaban bajo el cuidado gubernamental los
ingenios de El Espinal y de Santo Domingo Ingenio. Las dos factorías dejaron de
ser rentables y cerraron.
Desde entonces,
los cortadores de caña de azúcar de esta localidad zapoteca ubicada a unos 260
kilómetros al sureste de la capital oaxaqueña se transformaron en jornaleros
agrícolas que de noviembre a junio, durante su larga ausencia, encargaban sus
pequeñas viviendas a sus familiares.
“¿Ma bizendacaabe bidxhichi la?”, preguntó
en zapoteco Edilberto Jiménez, quien lleva seis años que va al corte de caña en
el ingenio Puga, de Tepic, Nayarit. Quería saber si los funcionarios del
Servicio Estatal del Empleo del gobierno de Oaxaca, ya habían depositado el
dinero.
La pregunta se la
hizo a su cabo, Jesús Vicente Pin, responsable de una cuadrilla de 80
cortadores que salieron en dos autobuses poco después de las 13:00 horas de hoy
y se espera que lleguen sin incidentes al ejido La Labor, “como a las cinco de la tarde del
miércoles”.
No hubo respuestas
precisas, salvo una cubierta de incertidumbre que quiso perderse entre el
fuerte viento: “naa’ caabe dxi chindanu”.
Que significa: Dicen, que cuando lleguemos”, respondió el responsable de la
cuadrilla Jesús Vicente Pin.
Hace un año, dijo
el jefe de la cuadrilla que viajó al ejido Trigo Miel, del municipio de
Jalisco, Nayarit, Leonel Jiménez Cortés, “la gente de la Secretaría del Trabajo
del gobierno de Oaxaca, nos engañaron. Nos dieron una tarjeta para cobrar mil
200 pero nunca nos mandaron el dinero”.

“Nos dejaron de
dar el efectivo y nos traían tarjetas para ir al banco llegando a Nayarit. El
año pasado nos engañaron. Ahora la gente, aunque hace una semana recibió sus
tarjetas, desconfía porque el gobierno de Oaxaca termina el 30 de este mes y le
debe a mucha gente”, explicó.
Pese a tantos
sinsabores, los jornaleros migrantes salieron ilusionados hoy al lado de sus
esposas e hijos que en junio regresarán a la escuela de migrantes a concluir
sus estudios. “Aquí no hay chamba, tenemos que salir a buscar”, dijo Humberto
Jiménez, quien va solo porque es soltero.
Al pie de uno de
los 21 autobuses rentados por el ingenio Puga, surgió la pregunta dirigida a
Luciano Antonio Jiménez, de 20 años de edad:” ¿Por qué no se queda tu esposa”? ―”Porque no quiere quedarse”―,
dijo entre risas. “Debo cuidarlo para que no ande borracho”, dijo Natalia.
Fuera de la
broma, Luciano y Natalia, dos jóvenes zapotecos partieron hoy con sus dos hijos
menores, el mayor de cuatro años de edad y el segundo de un mes de nacido,
explicaron que los jornaleros de Xadani van en familia para ahorrar lo que se
gana en el corte de caña.
Para ellos, como
doña Cándida envuelta en su huipil y enagua roja subiendo al autobús y su
esposo Aquiles, “no hay Navidad, tampoco Año Nuevo, menos la fiesta del pueblo
en Semana Santa. La pasamos trabajando, aunque entre nosotros nos echamos un
chivito”, dijeron.
la otra cara de la moneda, familias enteras emigran a lejanas tierras para buscar el sustento. pregunta obligada ¿ que tánto contribuyen nuestros gobernantes para que se presente dicha situación? dónde está n los proyectos de previsión y prevensión social. nuestra gente es muy chambeadora ¿porqué no dotarlos con las herramientas y capacitación necesaria? . la mayoría son campesinos y pescadores , porque no dotarles de embarcaciones apropiadas para explotar el mar de manera racional? en salina cruz se tienen los astilleros que bien podrían fabricar las embarcaciones para facilitarles el trabajo con los adelantos modernos y con la seguridad requerida para sus faenas diarias. tenemos el mar enfrente y se dice que en nuestros mares tenemos alrededor de 200 variedades de peces y con la preparación y equipo de vanguardia nuestros pescadores podrían ser altamente competitivos y proporcionar el sustento a gran parte de la población. la misión se antoja imposible y suena descabellada pero la verdad siempre hemos vivido en constante peligro y hasta en casa tenemos riesgos que tienen sus grados de complejidad. claro hay que invertir en constante capacitación en tierra y en el oceano para aprovechar los recurso del mar y de la tierra.
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