Alberto López Morales
Los diputados
locales de Morena que integran la 63 Legislatura oaxaqueña le deben una amplia
explicación a su militancia: ¿Por qué pactaron con el PRI y a qué precio para
quedarse con la Junta de Coordinación Política (Jucopo), del congreso
oaxaqueño?
Antes de la
reforma al artículo 39 de la Ley Orgánica del Congreso, que por cierto fue
hecha por los diputados de la 62 Legislatura, horas antes de que concluyera su
tercer año, la Jucopo le correspondía al PRI por tener el mayor número de
diputados: 16.
Tras la reforma se
abrió la posibilidad, como ocurrió horas después, de que en u pacto político
mediante el llamado voto ponderado de los coordinadores de cada fracción
parlamentaria, se le diera a Morena la presidencia de la Jucopo para el primer
año legislativo.
El PRI cedió la
Jucopo por este primer año legislativo, y se quedó con la presidencia de la
mesa directiva de la Cámara de Diputados, a través de Samuel Gurrión, quien le
tomará la protesta al gobernador electo Alejandro Murat, el primero de
diciembre entrante.
De acuerdo con el
reformado artículo 39 de la Ley Orgánica del Congreso, la elección de la
presidencia de la Jucopo se dio entre las tres fracciones parlamentarias con el
mayor número de diputados: PRI, 16, Morena 8 y PRD 8. Morena y el PRI fueron de
la mano.
Resulta
paradójico que Morena, acostumbrada al discurso contra la mafia del poder, haya
pactado con el PRI en su primera incursión legislativa en Oaxaca tras su
primera participación como fuerza electoral de izquierda.
Es cierto y hasta
lógico que en la vida parlamentaria prevalezcan los acuerdos políticos para la
distribución de los órganos de gobierno y sobre todo para elaborar una agenda
legislativa común y convertirse en contrapeso del poder ejecutivo.
Pero ¿por qué Morena no buscó el pacto con el
PRD, el PAN y el PT para impulsar una agenda legislativa desde la izquierda?
¿No se supone que todas esas esas
fuerzas opositoras al PRI construyeron desde el 2010 una agenda común?
El pacto
PRI/Morena le dará gobernabilidad al Congreso. Juntos ya definieron la
distribución de los principales órganos de gobierno: la Jucopo y la presidencia
de la mesa directiva. ¿Ese pacto incluirá posiciones comunes frente a las
iniciativas que envíe el nuevo gobernador? Es posible.
Sin embargo, el
pacto PRI/Morena debilitará el liderazgo del partido de AMLO en Oaxaca. No
tendrá autoridad moral para cuestionar al PRD o al PT. Morena manda una mala
señal. Prefiere ser la alfombra por donde transite el nuevo gobernante, en
lugar de ser el contrapeso político.
En el fondo,
Morena desde la Jucopo tendrá el manejo del presupuesto asignado del congreso
oaxaqueño estimado en 600 millones de pesos por año y el PRI tendrá la
responsabilidad de empujar todas las iniciativas que envíe el gobernador
Alejandro Murat, para hacerlas leyes.
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