Alberto López Morales
JUCHITÁN, Oax.- Apenas
con seis meses de existencia, el albergue de Chahuites para migrantes de
Centroamérica, fundado por el sacerdote Alejandro Solalinde, enfrenta el acoso
de una parte de esa población ubicada en la zona oriente del Istmo oaxaqueño.
Desde el pasado
miércoles, unas 50 personas de Chahuites, Oaxaca, firmaron una petición
dirigida al presidente municipal Antonio Ruiz Santos, para que a más tardar
cierre el albergue el domingo 15 de este mes.
Ante esa
situación, el sacerdote Alejandro Solalinde Guerra, quien fundó primeramente el
albergue de migrantes en Ciudad Ixtepec, inició este viernes una serie de
encuentros con la comunidad católica y autoridades de Chahuites, “para frenar
el sentimiento de xenofobia”.
No podemos
permitir que la discriminación y xenofobia dominen los sentimientos de nuestros
pueblos. Los migrantes de Centroamérica van a Estados Unidos en busca de una
mejor vida que no tienen en sus países, dijo Solalinde Guerra.
Hace unos días,
dos grupos de migrantes que llegaron caminando desde Arriaga, Chiapas,
protagonizaron un diferendo en las calles que no pasó a mayores, a juicio de
las autoridades, pero que detonó el sentimiento de xenofobia de algunos
lugareños.
Dicho conato de
violencia “espontánea”, como la definió Solalinde Guerra, vino a sumarse al
clima de rivalidad que enfrentan los comerciantes de Chahuites “porque algunos
venden más que otros y la verdad no queremos dividir a la población”.
Solalinde Guerra
adelantó que si no hay condiciones para que el albergue siga funcionando donde
actualmente se ubica, se buscará algún predio en comodato para que se
construya, aunque sea con lonas, madera y cartones, un nuevo espacio para los
migrantes.
El albergue para
migrantes de Chahuites, Oaxaca, que limita con Arriaga, Chiapas, se creó en
octubre del año pasado para darle techo, alimentos y medicinas a los
centroamericanos que, impedidos por la policía para subir a La Bestia, caminan
a lo largo de las vías.
Con apenas seis
meses de funcionamiento, los directivos del albergue y los propios migrantes
han sufrido una serie de ataques por parte de los “polleros” y de elementos de
la Agencia Estatal de Investigación de la Procuraduría de Justicia de Oaxaca,
según denuncias de Solalinde Guerra.
Los migrantes,
dijo Solalinde Guerra, vienen de una Centroamérica herida que no les da la
oportunidad de empleos y una vida diga. Van de paso a Estados Unidos. Antes
usaban el tren conocido como La Bestia, ahora, por el plan Frontera Sur, usan
caminos peligrosos, añadió.
El plan Frontera
Sur, que se puso en marcha en agosto de 2014, ha movilizado a policías
federales y de migración a Arriaga, Chiapas y en el trayecto ferroviario a
Ciudad Ixtepec para disuadir a los migrantes para que no suban al tren conocido
como La Bestia.
Como consecuencia
de ese plan, dijo Solalinde Guerra, ahora los migrantes caminan desde Arriaga a
Chahuites y de ahí sigue la ruta hacia Ixtepec, pero lo hacen por caminos y
veredas peligrosas donde sufren, asaltos.
Solalinde Guerra
adelantó que el cierre del albergue de Chahuites y el plan Frontera Sur
provocará en los próximos meses otra crisis humanitaria entre los migrantes
centroamericanos porque sigue el flujo de familias con menores y menores sin
compañía.
Habrá otra crisis
humanitaria, es lo más seguro, dijo Solalinde quien pidió el apoyo de la
jerarquía católica para impedir que cierren este domingo el albergue creado en
Chahuites para atender a los migrantes de Centroamérica.
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