Alberto López Morales
SANTA MARÍA
CHIMALAPA, Oax.- La exigencia de los comuneros zoques retumbó en el amplio
auditorio: si el gobierno de Oaxaca no viene acá a la comunidad, ¡no vamos a
liberar a los invasores enviados por los chiapanecos!
Otra vez, como en
otros años, la población zoque de esta localidad chimalapa mostró su hartazgo
ante la impune invasión chiapaneca hacia las tierras comunales y como en años
anteriores, demandó del gobierno de Oaxaca, firmeza para la defensa del territorio
oaxaqueño.
De los grandes
ventanales del auditorio, asomaban sus inocentes rostros los niños y los más
jóvenes que aún no participan en las asambleas, deseosos de saber el destino de
los tres detenidos por comuneros de San Francisco la Paz, desde las 11 horas
del lunes 23 de febrero.
A unos escasos 10
metros del auditorio, en la parte baja del palacio municipal, los tres
retenidos: Raymundo Salmerón Mandujano, Fernando Jiménez Gutiérrez y Benjamín
Moreno Rivera, permanecían en silencio, bajo la discreta custodia de dos
policías municipales.
En diciembre de
1986, antes que se construyera el amplio auditorio testigo de las decisiones
zoques para la defensa de sus tierras, solo existía una cárcel pequeña donde
fue encarcelado Ernesto Castellanos, hermano del entonces gobernador chiapaneco
Absalón Castellanos.
Como una escena
de la repetición del pasado, otra vez los comuneros zoques, con sus invitados
bajo el estatuto comunal de la figura de “arraigo comunitario”, ahí estaban en
el auditorio que antes fue cárcel municipal, para exigir que Oaxaca frene el
expansionismo chiapaneco.
“Fuimos engañados
por el señor Óscar Gordillo, de Cintalapa, Chiapas”, dijo en su defensa,
durante la entrevista, el señor Raymundo Salmerón. “A mí me contrató por un
sueldo de mil 200 pesos semanales para limpiar el terreno”, asentó Benjamín
Moreno.
“Yo solo tenía un
día, a diferencia de mis compañeros que llevaban una semana limpiando el paraje
de La Reforma, porque un familiar me dijo que eran tierras de Chiapas y pues,
yo andaban buscando tierras para la familia”, terció Fernando Jiménez, el más
joven de los tres retenidos.
Frente al enviado
de la Secretaría General del Gobierno de Oaxaca (Segego), Miguel Clímaco, las
autoridades comunales encabezadas por Hildeberto Mendoza González y el
presidente municipal, Silaín Hernández, informaron que los tres detenidos
estaban en buenas condiciones de salud.
“El pueblo y los
policías nos han tratado bien, tenemos nuestros alimentos. Hoy recibí la visita
de mi familia que ya se retiró y mi familia avisará a la familia de todos que
estamos bien. Ya nos bañamos y ya nos cambiamos de ropa”, admitió en entrevista
Salmerón Mandujano.
Tanto en la
asamblea como en el encuentro que sostuvieron más tarde con el enviado de la
Segego, las autoridades comunales y municipales, así como diferentes voces de
comuneros demandaron que los gobiernos federal y estatal frenen las
provocaciones de los chiapanecos.
Los comuneros
recordaron que a pesar de las resoluciones del Juzgado de Salina Cruz y de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, emitidas desde el año 2012, los
chiapanecos crearon el municipio Belisario Domínguez, en tierras zoques de San
Miguel Chimalapa.
También
recordaron la aparición del llamado “el Ejército Chamula” de la zona Los
Ocotones, y del que hace poco anunció su creación por los parajes La Hondonada
y Agua Fría, en la zona oriente de San Miguel Chimalapa.
“Nosotros somos
un pueblo pacífico pero que tiene experiencia para defender sus selvas y el
territorio de Oaxaca, por eso le exigimos al gobierno de Oaxaca que defienda
con firmeza a los chimalapas”, declaró el presidente municipal, Silaín
Hernández.
Afuera del
auditorio, la vida transcurre con aparente normalidad. Niños y niñas de
primaria brincan de las ramas de los pequeños árboles a la tierra y vuelven a
treparse a las ramas. Las mujeres van de compras a las pequeñas tiendas de
abarrotes y los hombres dialogan entre sí.
De vez en cuando,
algunos miran hacia la parte baja del palacio de dos plantas. En ese lugar,
permanecen libres, es decir, sin estar encerrados ni atados los tres hombres
enviados por Óscar Gordillo, el líder de los campesinos de Cintalapa, Chiapas,
a crear un nuevo núcleo de población.
Según habitantes
de San Francisco la Paz, los tres hombre retenidos desde el lunes pasado en el
paraje La Reforma, y otras 60 personas más, ya habían “clareado” o limpiado
casi 150 hectáreas de tierras. “No es la primera vez que lo hacen y por eso
pedimos que venga acá el gobernador”.
Los chimalapas no
quieren ceder. Incluso dudan que la defensa jurídica que presentó el gobierno
de Gabino Cué, ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, como la
controversia tenga el mejor argumento. “Queremos respuestas”, soltó el
comisariado Hildeberto Mendoza.
“No queremos
violencia, queremos que el problema se solucione. No queremos que venga la
policía, queremos que venga el gobernador o el titular de la Segego para
defender juntos a los chimalapas. Les damos garantías”, insistía una y otra vez
el edil Silaín Hernández.
Por la
tarde/noche, mientras los niños y las niñas buscaban el descanso en sus
hogares, ajenos al clima de tensión que envuelve sus vidas, en una segunda
asamblea del día los comuneros ratificaron su postura: los retenidos serán
liberados solo con diálogo de alto nivel.
En dicho
encuentro nocturno, donde participaron poco más de 200 comuneros, la asamblea
comunal de los chimalapas exigió ahora no solo la presencia del titular de la
Segego, sino también de funcionarios de la Secretaría de Gobernación.
Durante el
conflicto entre los zoques de San Miguel Chimalapa y Chiapas, entre octubre y
diciembre del 2011, la Segob se comprometió a ser garante para evitar el
resurgimiento de nuevos conflictos. “Ha incumplido”, acusaron los chimalapas,
durante ambas asambleas.
Chiapas tiene en
su poder más de 150 mil hectáreas de tierras de San Miguel Chimalapa y Santa
María Chimalapa, donde están asentados más de una docena de ejidos creados tras
la resolución de 1967 y “no vemos una defensa seria y contundente del gobierno
de Oaxaca”, denunciaron.
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