jueves, 22 de agosto de 2013

9 muertos por fuga de amoniaco


Alberto López Morales
     MATÍAS ROMERO, Oax.- Con dolor, la tristeza y el miedo, doña Maricruz de Jesús Cruz fue la primera en regresar a su casa en Chivaniza, un pequeño poblado del El Barrio de la Soledad. “El olor de amoniaco era irresistible, picaba la piel y los ojos. Dejamos todo y salimos”, recordó.
     “Estoy triste y adolorida por las personas que quedaron atrapadas, que no pudieron salir porque estaban trabajando ahí donde salió el amoniaco. Eran trabajadores que rentaban allá en Campo Nuevo y pasaban aquí a mi negocio a comprar refrescos y galletas”, dijo angustiada.
     Frente a la casa de doña Maricruz, en un pequeño lomerío pegado a la carretera Transístmica, también estaba su vecino Raúl Ramírez Mijangos. “Apenas vengo a ver si ya podemos regresar. Ayer tuvimos tiempo de salir porque el gas picaba las manos y todo el cuerpo. Fue duro”, dijo.
     Nadie más de Chivaniza, que desde las 15:00 horas del martes se refugiaron con sus familias o acudieron al albergue de Matías Romero, había llegado a sus hogares, que como los del poblado Campo Nuevo, permanecían con puertas y ventanas cerradas, como pueblos deshabitados.
     Cerca de las 14 horas de este miércoles, las autoridades de Protección Civil, Salud y Pemex informaron que la calidad del aire en la zona afectada por la fuga, ya era aceptable, que no había riesgos para la salud, pero el miedo entre los 2, 500 desalojados era más fuerte.
     A esas horas, las comunidades de Chivaniza, Campo Nuevo, El Sardinero, Almoloya, Rincón Vaquero, Los Nanches, Mazahua y Carrasquedo parecían fantasmales. Sus moradores estaban dispersos en albergues ubicados en Matías Romero, Lagunas, La Ventosa, Ixtepec y Juchitán.
     La carretera Transístmica se veía sombría desde que la densa y blanca nube tóxica de amoniaco cubrió el cielo y ennegreció las verdes hojas de los árboles. Solo las luces rojas y azules de las torretas de las patrullas de los policías estatales se imponían en el silencio de la tragedia.
     Poco después de las 11:00 horas de este miércoles se abrió el paso vehicular que comenzó lento, a vuelta de ruedas, sobre la Carretera Transístmica. Todos los conductores, varados desde las 15:00 horas del martes, querían ser los primeros en pasar. Después todo se normalizó.
     En la zona del siniestro  no hay señal telefónica y además era imposible ingresar justo en el punto de la fuga y la información era confusa. Primero se reportaron tres muertos, después cuatro, luego siete y hasta la tarde del miércoles llegó el reporte oficial: nueve fallecidos.
     Fue el Subprocurador de Justicia en el Istmo, Víctor Fernando Ruiz, quien informó, durante una reunión de evaluación de daños que presidió el titular del Instituto Estatal de Protección Civil (IEPCO), Manuel Maza, que ocho fueron hallados y levantados hoy, en el lugar del siniestro.
     Una persona más, añadió, falleció en una clínica privada de esta ciudad de Matías Romero. Todos los fallecidos trabajaban para la constructora “Cuadro Rojo”, que realiza, por encargo de la SCT, la ampliación del tramo La Ventosa/Acayucan, de la carretera Transístmica.
     “Los trabajos de modernización de la carretera van a continuar una vez que la Procuraduría de Oaxaca y de la PGR concluyan sus investigaciones”, informó el delegado de la SCT en Oaxaca, David Mayrén carrasco, quien lamentó la muerte de las siete personas.
     Un día después de la tragedia, “que nunca habíamos vivido”, como dijeron doña Maricruz y su vecino don Raúl, los primeros en regresar a sus hogares en Chivaniza, volvió la aparente normalidad, pero envuelta en el pavor, la angustia y el martirio frente a la muerte.
    
          




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