Alberto López Morales/Corresponsal
TRASLADO DE LOS FALLECIDOS EN NAUFRAGIO |
JUCHITÁN, Oax.- En
octubre de 2011, el catequista de la iglesia católica de Santa María del Mar, Aquilino
Jiménez, preguntaba y advertía mirando al cielo: “¿por qué arriesgar la vida
cruzando el mar, si tenemos camino”?
En esas fechas se
cumplían los primeros dos años desde que los 800 indígenas ikoots se quedaron
sin acceso terrestre luego que sus vecinos de San Mateo del Mar les bloquearon
el paso por un conflicto agrario que surgió hace poco más de 100 años.
Cinco años y dos
meses con 17 días después, a las 13:30 horas del sábado siete de este mes de
enero, la advertencia del catequista Aquilino Jiménez, se convirtió en realidad:
una lancha que transportaba a ocho personas volcó en la Laguna Superior y
murieron tres de ellas.
Alcaldesa piden
acceso terrestre para ikoots de Santa María del Mar
Por la mañana de
este domingo, la presidenta municipal de esta ciudad juchiteca, Gloria Sánchez
López exigió a los gobiernos de Oaxaca y de la federación que instale una mesa
de diálogo para que la comunidad ikoots de Santa María del Mar tenga un acceso
terrestre.
Sánchez López recordó que desde octubre del
año 2009, los pobladores de San Mateo del Mar cerraron con cadenas el camino
que une a Santa María del Mar con el puerto de Salina Cruz. “Violan los
derechos humanos de nuestros paisanos”, señaló.
De las personas
fallecidas en “la terrible desgracia”, solo Ramiro Pérez Rivera, era originario
de Santa María del Mar, las dos personas fallecidas, el profesor Alfredo
Castillo, era de Chicapa de Castro, agencia de esta ciudad y Francisca
Miraflores, era de San Dionisio del Mar.
Como los cuerpos
de las personas fallecidas fueron llevados a Santa María del Mar,
“intentamos sacarlos de ahí por la vía
terrestre, pero San Mateo se opuso. Fue difícil traerlos a Juchitán, porque
ahorita con los fuertes vientos no se puede navegar en la Laguna”, dijo la
alcaldesa juchiteca.
― ¿Cómo sacaron a las personas
fallecidas?
―Desde
muy temprano la gente de Santa María del Mar se arriesgó en una travesía en
lancha (con vientos de 170 kilómetros por hora) y después, con el agua hasta las rodillas, cargaron los
cuerpos hasta un acceso terrestre al poblado Álvaro Obregón ―,
explicó Gloria Sánchez.
El conflicto agrario,
en Tribunales
La disputa por
mil 361 hectáreas que libran Santa María del Mar y sus vecinos de San Mateo del
Mar nació hace poco más de 100 años, sin embargo, 10 de marzo de 2015, el
Tribunal Unitario Agrario (TUA), de Tuxtepec, resolvió a favor de Santa María
del Mar.
Según reportes de
la residencia de la Procuraduría Agraria de Tehuantepec, el TUA condenó a San
Mateo del Mar a que desocupe y entregue a Santa María del Mar las mil 361 que
invadió desde el mes de octubre de 2009.
Las autoridades
comunales de San Mateo del Mar interpusieron un juicio de amparo directo ante
los Tribunales Colegiados del Poder Judicial de la Federación del Circuito
Décimo Tercero con sede en Oaxaca.
Atrapados en su
propia tierra por el lío agrario y los fuertes vientos
La presidenta
municipal de esta ciudad juchiteca, Gloria Sánchez López, emplazó a las
autoridades estatales y federales para que garanticen el libre tránsito
terrestre de los 800 pobladores de Santa María del Mar.
“Nuestros
paisanos no pueden seguir viviendo como si estuvieran atrapados en su propia
tierra, primero por el conflicto agrario y ahora por los fuertes vientos (en la
madrugada alcanzaron rachas de 190 kilómetros por hora), nadie puede entrar ni salir
por lancha”, explicó la alcaldesa.
Al mediodía de
este domingo, los cuerpos del profesor Alfredo Castillo, de Chicapa de Castro y
de la comerciante de mariscos, Francisca Miraflores, llegaron al anfiteatro de
esta ciudad y de ahí trasladados a sus lugares de origen.
El profesor
Alfredo Castillo había ido a Santa María del Mar, donde trabajó en la primaria
durante años, en compañía de su esposa y
uno de sus hijos (los dos sobrevivieron al naufragio), para visitar el viernes
a su compadre.
En el trayecto de
regreso, “se apagó el motor de la lancha y el fuerte viento volcó la
embarcación. Mi hijo y yo nos salvamos porque logramos asirnos a unas tablas y
a un bidón donde echan la gasolina”, explicó a las autoridades la señora Elsa
López Martínez, esposa del profesor.
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