viernes, 24 de junio de 2016

Sin maíz, las tiendas Diconsa en Oaxaca

Alberto López Morales
     SAN MATEO DEL MAR, Oax.- La pregunta hecha por doña Julissa Camacho Ochoa parecía sarcástica, pero en un pueblo donde su alimento se basa en al maíz, ninguna interrogante es mordaz: “¿comería usted gustoso unos camarones o pescado sin el totopo?”, inquirió.
     En esta comunidad habitada por unos 14 mil indígenas ikoots, bendecidos al norte por aguas de la Laguna Superior y al sur por el Pacífico, en el Golfo de Tehuantepec, la última vez que le surtieron 10 toneladas de maíz a la tienda rural 13 de Diconsa, fue el 23 de mayo de este año.
     “Por los problemas que hay en Oaxaca en esta tienda que es la esperanza de unos cinco mil beneficiarios por los precios bajos de nuestros productos ya no tenemos maíz; tampoco avena, arroz y frijoles”, dijo Irma Quintana Silva, encargada del establecimiento desde hace nueve meses.
     La tienda rural número 13 de Diconsa, dependiente del almacén ubicado en El Morro, un poblado de la zona Chontal baja de la región costera de Oaxaca, es un salón rectangular de 98 metros cuadrados que alberga cinco estantes metálicos semivacíos.
     “Lo primero que se agotó fue el maíz, el azúcar y la harina de maíz. Estamos sufriendo porque este es un pueblo que vive de la pesca”. La vocación agrícola es escasa. “Aquí el kilo de maíz nos cuesta cinco pesos, en tiendas particulares, que venden el maíz por litro, cuesta hasta 10 pesos”.
    En Oaxaca operan 2,400 tiendas rurales. Eso significa que los productos básicos con precios económicos están presentes en igual número de localidades indígenas empobrecidas, marginadas y de difícil acceso.
     De ellas, 855 funcionan en la Unidad Operativa Istmo y Costa. Por los problemas políticos, hay 155 municipios desatendidos. 530 tiendas rurales están desabastecidas. Casi un millón de personas sufren la falta de víveres, Mientras Diconsa tiene pérdidas por 16  millones de pesos.
     “Tan solo en San Mateo del Mar hay 12 tiendas que no han podido ser abastecidas”, admitió el supervisor operativo de la zona Chontal, Felipe Santiago Ramos, quien añadió que los almacenes de Diconsa no surten porque no hay paso o porque los camiones no tienen combustible.
     El común denominador de las 530 tiendas rurales de Diconsa que operan en las regiones de la Costa y el Istmo es que no tienen nada de maíz. “Es preocupante la situación”, admitió el subgerente de la zona, Cristian Hernández Fuentes.
     La preocupación se agudiza más en esta comunidad que concentra altos índices de pobreza a pesar que está ubicada cerca del puerto de Salina Cruz, el polo del desarrollo industrial del Istmo: La leche del programa alimentario para menores de edad se agotó.
     “Preocupa porque no tenemos ni para comer y ahora, como no vienen a surtir las unidades de Diconsa, unos 96 niños hijos de familias beneficiarias del Programa Alimentario Sin Hambre no tienen leche”, comentó alarmada Julissa Camacho, presidenta del Comité Rural de Abasto.
     En las localidades integradas a la Unidad Operativa Istmo y Costa, se han dejado de distribuir las tarjetas que posibilitan la adquisición de 15 productos de alto valor nutritivo como leche en polvo, avena, lenteja y huevo, equivalentes a nueve millones de pesos.
     Sin maíz no hay producción del totopo que es esencial en la dieta de los ikoots, zapotecos, chontales y zoques del Istmo de Tehuantepec. El totopo, una tortilla deshidratada a temperaturas altas en ollas de barro. Con el totopo se saborean mejor los camarones, pescados, queso y frijoles.
     Por el momento, sin embargo, en 170 tiendas rurales de Diconsa establecidas en el Istmo y atendidas por los almacenes de El Morro Mazatán, Santiago Laollaga, Santiago Niltepec y La Reforma Yautepec, no hay maíz para el atole, las tortillas y menos para el totopo.
     Bajo esa realidad tan preocupante para casi 900 mil istmeños que se han quedado sin abasto de maíz en las tiendas de Diconsa, la pregunta de doña Julissa Camacho se aleja más del tono burlón. Es verdad: no se puede disfrutar del camarón sin el totopo.

     Y en la pequeña bodega de la tienda rural 13, que inició operaciones hace 20 años en esta comunidad ikoot, donde en condiciones normales se almacenan 20 toneladas de maíz al mes, solo están en el piso, como mudos testigos del desabasto, una báscula y cinco bandejas de plástico.

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